viernes, 29 de febrero de 2008

Una de soponcios

- El apoyo de la pareja es fundamental durante el parto – me contaba entusiasmado otro embarazado en el descanso de las clases pre-natales.
- Ya – respondo monosilábico
- Tú vas a estar presente?
- Igual
- No serás de los que te desmayas en cuanto el tema se pone feo?
- Quizás.

“No sería la primera vez”, pienso mientras me vienen a la cabeza ciertos recuerdos. Trabajaba por aquel entonces como “experto” en un hospital privado irlandés y aquel día me encargaron “tomar notas” en el quirófano número 2. Allí estaba yo, cuaderno en mano entre las enfermeras, el cirujano y el anestesista, poniendo cara de enterao cuando no tenía ni puñetera idea de lo que estaba pasando. La belleza de ser “consultor”.

La operación era una artoscropia a una anciana. Había un monitor de televisión por el que el cirujano guiaba sus artes y no se veía una gota de sangre o un centrímetro de piel. Lo que avanza la ciencia, reflexionaba mientras seguía atento la película.

“Qué calor hace aquí”, me dije para mis adentros. Aquella sensación iba acrecentándose hasta que me dí cuenta que allí el único acalorado era yo y que mi cuerpo no respondía a las órdenes de mi cerebro. Me iba a desmayar. "No me jodas, acerté a decirme, que de esta te echan a la calle".

Tuve el tiempo justo para abrir la puerta del quirófano y caer de bruces inconsciente en una camilla que había en el pasillo. No sé cuánto tiempo permanecí allí, quizá diez minutos, hasta que una enfermera que pasaba por allí acudió a mi auxilio. Entonces entendí el origen de la expresión “verguenza torera”.

Me incorporé, atusé mi atuendo y empecé a balbucear: “Que me dejen solo, que entro de nuevo”. Decía esto y otras tonterías ininteligibles en mi lengua materna, según se contaba luego en los corrillos del aquel hospital. Solo me faltaba el capote, la espada y el torniquete aliviando la cornada. “Tú ven aquí, cordero, que te voy a dar un café a ver si recuperas el color mediterráneo original”, debió decirme aquella enfermera con cara mustia, como la de una madre soltera con hijos en el servicio militar.

Media hora más tarde entré de nuevo al quirófano, con el orgullo herido, ante las sonrisitas de todos los presentes. Eso sí, entonces viendo la película desde la puerta, que para qué iba a molestar allí tan cerca. Por meterme donde no me llaman.

- Y has decidido si vas a ser tú el que corte el cordón umbilical al bebé? - continuaba preguntando el pesado.

martes, 26 de febrero de 2008

Las reglas del juego

Uno se va haciendo mayor, la paciencia va menguando con la edad y el buen talante empieza a brillas por su ausencia. Dicho de otro modo, y dejándome de finuras literarias, hay cosas que a uno le tocan los cojones a estas alturas de la vida.

Exageraba hace unos días sobre el hecho de que cualquier ignorante de la lengua inglesa podría llegar a ministro con el único conocimiento de sorry-please-thank-you. Hoy voy a dar un vuelta de tuerca más a la etiqueta social británica con un ejemplo que estuvo a punto de costarle la vida a mi teléfono móvil.

Hice una pregunta a una amistad inglesa y recibí como contestación el siguiente mensaje dos días más tarde: “Sorry for the late reply. I don’t know. Do a search on the net. How is your wife?” (Disculpas por el retraso de mi respuesta. No lo sé. Búscalo en la internet. Cómo está tu mujer?)

Maravilloso. Esto debería reproducirse en los libros escolares. Es el ABC de la interacción británica. Desengrano el mensaje a continuación.

1. Lo primero es disculparse. Por lo que sea, pero disculparse. Que la respuesta llegó dos días más tarde y ya no sirve para nada? Uno se disculpa y aquí paz y después gloria. Ignorar el mensaje hubiera sido rudo, como somos los extranjeros cuando nos rozan mínimamente, nos piden perdón y nosotros pasamos de largo sin siquiera decir un “no problem” o un “that’s okay”. Bárbaros que somos.

2. Hay responder sucinta y positivamente. En España empezaríamos a contar el caso de un vecino en la misma situación que acabó en tragedia. Si la respuesta es negativa hay que sugerir algo positivo. Aunque la sugerencia sea una estupidez, como es el caso del ejemplo. Mis paisanos también harían esto último pero para aparentar que no somos tontos. Aquí en cambio es para demostrar que se aporta un granito de arena, por pequeño (e inútil) que sea. Igualito que la diplomacia ibérica.

3. Por último hay que preocuparse por el sujeto y sus circunstancias, aunque te importen un pimiento. Esto es sagrado.


Estas son las reglas del juego. El que quiera jugar ya sabe lo que tiene que hacer; y el que no quiera aceptarlas, a Gibraltar.

sábado, 23 de febrero de 2008

Respeto

He leido sobre un tema que han tocado recientemente y por separado personajes de las más distintas profesiones: los españoles y el respeto (o la falta de).

Engullía una deliciosa entrevista al entrañable Alfredo Landa, quien se quejaba de que lo que faltaba era respeto.

Pregunta: ¿Tiene remedio la cosa esa del comportamiento medio de los españoles?
Respuesta: Hoy en día, en este país no hay ni gota de respeto, mecagüen la leche. Y es complicado. No sé, a lo mejor hay que crear para nuestros críos un instituto donde se enseñe la asignatura Respeto.

El maestro Pérez-Reverte reproducía en su página dominical la anécdota que le contó una amistad cuando asistía a la celebración del aniversario de una batalla que los a los franceses

"Subió primero al mástil la tricolor gabacha, a los sones de La Marsellesa; y un matrimonio francés y cincuentón que estaba en la mesa contigua, plano de la ciudad desplegado y mirando la recién restaurada catedral, se puso en pie al oír los compases de su himno nacional. Sonó luego la Marcha Real mientras se izaba la bandera española, y el matrimonio francés siguió en pie, respetuoso, mientras todos los españoles allí presentes continuaban sentados, a lo suyo, charlando como si nada. "¿Y tú qué hiciste?" Avergonzado, me puse despacio en pie, y al verme hizo lo mismo algún otro… Éramos tres o cuatro, como mucho. Y mirando con mucha envidia al matrimonio francés, pensé: nos han vuelto a ganar."

El futbolista Iván Campo, peso pesado de los Bolton Wanderers ingleses, respondía sus experiencias en España y en Inglaterra en una entrevista en El Mundo


"Creo que España ha perdido los principios. Me refiero a la educación, el respeto. Veo muchas cosas del futbol español que ya no son como antes. La gente te puede recriminar por la calle, te faltan a nivel profesional y personal. Es algo que ya no puedo aguantar."

Un actor, un académico y un deportista coinciden en el diagnostico. Cuando el río suena, agua lleva...

martes, 19 de febrero de 2008

Sólo para "británicos"

Para aquellos residentes en el Reino Unido únicamente, que para eso pagamos por ver la tele: esto va a sonar a publicidad gratuita pero la novedad lo merece. Lástima que no se pueda ver desde el “extranjero”.

La página web de la BBC ha inaugurado una sección donde se pueden ver sus programas de televisión más recientes. No se necesita descargar software alguno; únicamente disponer de una conexión de internet decente para ver los programas inmediatamente pulsando aquí.

Entre muchas programas de buena calidad, hay dos documentales que se han emitido recientemente que merece la pena destacar. Uno es sobre el arte en España (“The Art of Spain”, tres capítulos), interesantísimo, entretenido y narrado con mucho entusiasmo. Otro es una serie de documentales sobre animales de sangre fría (Life in Cold Blood, de David Attenborough), también muy entretenido.

Con suerte, la versión internacional para el resto del mundo mundial estará disponible en breve. Os mantendré al tanto.

viernes, 15 de febrero de 2008

Faltan negros en España

Las pantallas de plasma en la cantina de la oficina están mostrando las imagenes de los abusos racistas de un grupo de españoles a un deportista inglés de color (de color negro, para más detalles) en Barcelona.

- Qué es lo que ha pasado?, pregunta un comensal con aire distraido. Es lo que los manuales llamarían una pregunta capciosa.
- Ni idea. No estoy muy al tanto de las noticias estos días, respondo. Es lo que los expertos llamarían “comprar tiempo” y asegurarse que uno tiene el chaleco antibalas puesto y comprobar que el seguro del revolver está quitado.

Ha pasado una semana y el tema aún se trata en los periódicos y las televisiones continúan recordándolo. No es la primera vez que pasa lo mismo con un deportista británico en España. El ministro de interior británico ha dicho que presentará una queja formal. Aquí pasó lo mismo a finales de los setenta cuando los primeros jugadores negros de fútbol se asomaron en el campeonato nacional.

Mientras tanto, muchos perdieron una gran oportunidad de coronarse campeones en el Gaza catalán. No solamente los responsables del circuito sino también el doble campeón del mundo Fernando “Barbie Quejica” Alonso. Se podría haber acercado a los hinchas y pedirles calma, o pasarse por el garaje de su antiguos empleadores o de plantarse y decir a su equipo y a los organizadores que él no salía a la pista si aquellos imbéciles no eran desalojados.

Obrando así se hubiera ganado la tercera corona mundial y el respeto de muchos. Pero era pedir demasiado, que a él “nadie le había dado vela en aquel entierro” y de todas formas, la culpa es de su antiguo compañero, que se lo ha buscado. Y además es negro.

Lo dicho, nos hacen falta treinta años más de convivencia para que esto deje de ser permisible. Treinta años, una generación.

miércoles, 13 de febrero de 2008

Crónica de la Premiership – jornadas 25 y 26

Dos crónicas de la Premiership por el precio de una. Quién dijo fútbol cuando el baloncesto, el hockey o el tenis son muchos más entretenidos. Maldita la hora en la que se me ocurrió apuntarme a esto de la Liga Fantástica.

El Arsenal del establecido Manuel Almunia ha abierto un boquete de cinco puntos con el Manchester United de Tévez (voluntarioso pero con la pólvora mojada); el Liverpool del lesionado Torres avanza como los cangrejos, hacia atrás (a 19 puntos del líder); mientras que el Chelsea de los brasileños Alex y Belletti intenta no perder comba con los de arriba a base de aburrir a la parroquia local.

La Armada ha pasado de ser el hazmerreir de la empresa a ser ignorada vilmente. No hay derecho. Como diría la Pantoja, que hablen bien o mal, pero que hablen.

Se ganan el cielo

- Cesc Fábregas, no tan brillante como al inicio de temporada pero igualmente influyente en el equipo líder de la Premiership. Es una lástima que no traslade su maravilloso estado de forma al equipo nacional.

- Juande Ramos, quien ha enderazado el ritmo del Tottenham a base de ejercicio, dieta mediterránea y sabiduría táctica continental. Lo que hace el aceite de oliva y poner cara de malas pulgas.

Camino del purgatorio

Un grupito de currantes latinoamericanos que se baten el cobre en equipillos de medio pelo de la Premiership. A saber: Emanuel Villa (Argentina - Derby), la tripleta Wilson Palacios y Maynor Figueroa (Honduras) y Antonio Valencia (Ecuador) del Wigan, Felipe Caicedo (Ecuador, Manchester City) y Ulises de la Cruz (Ecuador, Reading).

Miran al infierno

El resto de la Armada, encabezada por Rafael Benitez, cuyo equipo es insufrible de ver y que no mete un gol ni al arco iris.

- Posición de la Armada en la liga de la empresa (50 equipos): 36º (dos jornadas antes: 34º)
- Posición de la Armada en la liga del Daily Telegraph (300.000 equipos): 164.000.

sábado, 9 de febrero de 2008

Ensayos de partero - parte 2

Debía yo ser aún menor de edad cuando un domingo de verano, vestido con mis mejores galas, me acercaba a casa de mi amigo Oscar con la intención de comenzar la ronda de vermouths matinal. Me tropiezo con su madre, quien me agarra por el brazo implorando:.“ la Juliana está de parto, ven a ayudarme que estoy sola”. Eramos pocos e iba a parir la abuela (la vaca, en este caso).

Sobra decir que muchas vacas gastaban nombre propio en Rebollar de Ebro, aldea díscola de varias docenas de habitantes y, en aquellos tiempos, una quinientas reses lecheras. Un vecino tenía una vaca de nombre Carolina y cuando nació la primera nieta a esta la llamaron también Carolina. Si las vacas no tenína nombre propio, se las trataba de “morena” o “rubia” por razones de su pelaje. Eso también explicaba la familiaridad con la que algunos de mis amigos vaqueros perseguían el ganado femenino durante nuestras incursiones nocturnas en las discotecas de las ciudades próximas (Reinosa o Aguilar de Campoó) y por lo que más de uno se llevó una bofetada en lugar de una coz.

En fin, que me pierdo. Les decía que allí estaba la vaca Juliana, postrada en su cuadra con notable dolor, las pezuñas de su hija vaquita asomando a este mundo, excremento por todas partes y yo, petrificado vestido inmaculado de marinero. La madre de mi amigo aplicó jabón de largarto en los bordes de la dilatada vagina de la vaca , le ató una cuerda a las pezuñas de la ternerita, me dió el otro extremo y me dijo: tira cuando te diga.

“Y así vió la luz del día una criatura más”, terminé contando a mi audiencia. "Cuentan estas horas de vuelo?"

viernes, 8 de febrero de 2008

Ensayos de partero - parte 1

Esto de hacer un máster express en labores pre-natales inglesas me tiene con el sentido del tiempo desorientado y con la pluma poco afilada.

Eramos ocho parejas embarazadas en un impoluto gimnasio de un centro cívico en Reading. La estampa me recordaba a antiguos (y fallidos) intentos de mejorar mis dotes bailarinas y donde al cambio de canción pide cambio de pareja y uno se encuentra rezando: “La gorda, no, que no me toque la gorda desdentada”. Claro que en esta ocasión, allí todas estaban gordas y ya tiene uno suficiente con los humos de la suya como para preocuparse por los incendios de las de los demás.

“Esto del parto es la primera experiencia para los todos aquí reunidos?”, preguntó la profesora-comadrona esperando la confirmación expresa del personal. Entre el cabeceo afirmativo de los presentes yo alzo la mano orgulloso y digo: “Esta va a ser mi tercera vez.”. Se hizo un silencio que se podia cortar con una navaja de albacete, sin mencionar la cara de mi media naranja, más palida que la del cura de la película El Exorcista.

“Yo ayudé a parir a dos vacas en Rebollar de Ebro, así que esta va a ser la tercera (no vaca, sino vez) si es que valen lo mismo”, expliqué. Y ante la perplejidad general, tomé la venia sin permiso y pasé a compartir mi primera experiencia como partero con el detalle que contaré mañana.

lunes, 4 de febrero de 2008

Como en casa

El pub es una institución digna de estudio en el Reino Unido. Excluyendo reconvertidos modernos pub-bistro-bares, el pub tradicional sigue siendo básicamente la prolongación del salón de estar del hogar británico. El denominador común es una moqueta apolillada a doquier, suciedad en sus entrañas, baños antiquísimos, clientela talludita - mayormente masculina reunida en grupos de a uno -, y conversaciones formadas por prolongados silencios intercalados con insulsas observaciones.

El pub que tengo a la vuelta de mi casa es un pub tradicional donde los haya. Los dueños (landlords) son un matrimonio en los sesenta. No hay música (salvo en Navidad), tiene una televisión (con sólo los canales públicos) pero nunca está encencida y sirve cerveza ale, esa cerveza que se tira tibia y que los expertos dicen que es la verdadera cerveza y no esas mariconadas de heineken o foster. En fin, sobre gustos no hay nada escrito.

La afluencia de clientes es mínima, siempre son los mismos y todos parece bien avenidos. Son los vecinos (los locals). Mi vecino el gallego-cordobés y este menda ya somos parte de los locals. No como al principio, cuando entramos al pub y todo el mundo se giraba como en el oeste, cuando aparecían dos forasteros en el saloon y el pianista dejaba de tocar. El landlord parece tenernos aprecio, espero que por algo más que por el hecho de que nuestra simple presencia duplica el número de la clientela en el pub.

A veces nos preguntamos de qué puede vivir pero supongo que el pub ya está pagado y los gastos son mínimos. Tiene un piso en la provincia de Málaga, cerca de la playa, que alquila durante todo el año a ingleses. Es por esto por lo que el dueño siempre nos saluda orgulloso con un “hola” en castellano, lo único que ha aprendido tras veinticinco veranos en la península ibérica.

Hay un hábito nuestro que al landlord le llama mucho la atención por inusual. Cuando terminamos la consumiciones, agarramos los vasos de la mesa y, de camino a la puerta, se los llevamos al mostrador. Vamos, como si estuvieramos en nuestros respectivos hogares y recogieramos la mesa. El landlord suele cruzar una mirada de aprobación con sus contertulios, como diciendo “Ya os lo comenté, estos españoles son buena gente.”

A lo que alguno seguramente debe pensar: “Seguro que eso no lo hacen en su propia casa”.

viernes, 1 de febrero de 2008

Crónica de la Premiership – jornada 24

Mantener viva esta crónica empieza a ser un calvario. La Armada desapareció en combate y el objetivo de mis compañeros de trabajo ya no es sumar puntos sino superar a mi selección hispanoamericana en la clasificación y tomar justa venganza por mis pavoneos iniciales. Quien a espada mata, a espada muere.

Jornada 24 mediocre en la Premiership, celebrada a media semana, donde los muy malos ganaron, los muy malos perdieron y el Liverpool de Rafael 'Quejica' Benitez se hundió en el minuto 93 contra el West Ham (1-0). José Mourinho está desempolvando su curriculum vitae.

Se ganan el cielo

- Cesc Fábregas, rompió su sequía goleadora y juego apático en la victoria del Arsenal contra el todavía inoperante Newcastle de José Enrique y Kevin Keegan (3-0)

- Arteta, una vez más el elemento creativo del Everton que empató a nada contra el Tottenham de Juande Ramos por la ineficiencia de sus delanteros.

Camino del purgatorio

- Tévez, quien salió desde el banquillo y aportó más mordiente al ataque del Manchester United contra el Porsmouth, pero no marcó (2-0).

Miran al infierno

El resto de la Armada, que se hunde miserablemente. Cobardes.


- Posición de la Armada en la liga de la empresa (50 equipos): 34º (dos jornadas antes: 24º)
- Posición de la Armada en la liga del Daily Telegraph (300.000 equipos): 140.000.