lunes, 17 de diciembre de 2007

Diplomacia ibérica

Imagínense la siguiente situación real. Ustedes reciben un correo electrónico interno en el trabajo donde les solicitan cierta información. Escriben ocho líneas respondiendo a la petición, subrayan los datos claves para hacerlos más visibles y reenvían su respuesta. Trabajo hecho. “Qué bueno soy y que poco me pagan”, suspiran con resignada satisfacción.

Unos segundos más tarde reciben un nuevo y conciso correo electrónico de la misma persona: “gracias, pero me podrías responder a la pregunta”. Ustedes releen de nuevo el mensaje con incredulidad. Qué harían?

Eso mismo me preguntó mi companero de cuartel con cara de preocupación, temiendo que en un ataque de ira latina sacara un arma de fuego, subiera los dos pisos que nos separan del ínclito preguntón y le extirpara la masa inerte que el sujeto sustenta sobre sus hombros, en plan adolescente americano en un centro comercial o en un campus universitario. Sí, que de estos extranjeros nunca se sabe - leo en sus ojos -, que tienen costumbres muy raras, como comerse las orejas de los cerdos o el rabo de los toros.

- Descuida, compañero del metal - le tranquilizo. Esto lo voy a solucionar 'a la inglesa'. Y procedo a escribir lo siguiente en el idioma local:

Querido amigo:

Acepta mis más sinceras disculpas por no haber estresado suficientemente la información que solicitaste. Encuentrala de nuevo más abajo pero ahora más grande, en negrita y en rojo, para que no haya confusión alguna.

Si aún no estuviese claro, por favor no dudes en contactar conmigo de nuevo.

Saludos cordiales,

Tres segundos más tarde aparece la replica en la pantalla de mi ordenador.

Mea culpa, leía tu primera contestación demasiado deprisa. Lo siento. Gracias por tu ayuda.

Qué buen rollo. A nadie se le ha acelerado el corazón, no ha hecho falta poner en evidencia a alguien, se reconoce el error, se ofrecen disculpas y aquí paz y después gloria.


- Puedo preguntarte una cosa?, se gira de nuevo mi compañero.
- Lo que quieras, corazón.
- Dijiste que lo ibas a arreglar 'a la inglesa', pero cómo le hubieras respondido 'a la española'?
- Muy sencillo, le digo. Antes de responderte, tú no conocerás a su madre, verdad?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me gusta el blog.. quiero ir a londres y lo qe escribes amplia mi informacion sobre la cultura alla...

sigue escribiendo que muchos leemos..

Javier dijo...

Gracias por tus animos. Y te animo a que aparezcas por aqui y disfrutes de la experiencia. Es unica!

Javier