jueves, 12 de junio de 2008

Cerrando el círculo

Las vueltas que da la vida. Que me lo digan a mí, que ya estoy medio mareado. Doy carpetazo definitivo a esta bitácora tal y como la empezé hace casi dos años aquí y también conté aquí. Acaban de anunciar que sobran casi quinientos cuerpos en la compañía que me da de comer. Ese es el dictamen del visionario que han traido a bordo para redirigir la nave. Bienaventurado sea nuestro guía. Díle tú algo, que a mí me da la risa.

Reunión general del departamento en un hotel cercano. Una de recursos humanos - española e imcompetente, para más señas – se sienta al lado del jerifalte para lidiar con las cuestiones “legales”. Qué familiar me suena todo esto, pensaba. Presentación sobre las atroces condiciones del mercado, la necesidad de cambiar, las ambiciones de la empresa. Respiraciones contenidas. Tras cuarenta minutos de faena sin arrimarse al toro, la diapositiva número cuarenta y séis, escondida como el regalito en el Roscón de Reyes, da fe de las malas noticias, Para más inri, nos dicen que todavía quedan flecos que dirimir en el plan renove. Es decir, aún no han identificado a todas la víctimas del sucso pero que, mientras tanto, “la vida continua”. Como empieza aquel chiste: “Tú que prefieres: un susto o la muerte?” Pues eso. Aquí hay mucho hijoputa suelto, opino.

Así que en breve nos darán una hojita con el nuevo organigrama de la empresa y si mi nombre no está en el dibujito… apaga y vámonos. A buen entendedor pocas palabras bastan.

Esto es todo. Cierro esta bitácora por decisión de la patronal (en este caso, y sin que sirva de precente, yo mismo). Publicaré un artículo más, a título póstumo, con un fichero recopilatorio de lo mejor y lo peor de Vida y Milagros en Inglaterra - la contribución de un españolito en la Pérfida Albión a la antropología del siglo XXI. Vanidoso que es uno.

Saludos cordiales.

martes, 3 de junio de 2008

Los otros doctores

No puedo resistirme a relatar uno de esos pequeños triunfos de un españolito anónimo en tierras extranjeras que de vez en cuando me alegran el día.

Asun, una joven amiga valenciana, acaba de presentar su tesis doctoral en la universidad de Reading. El mundo de las tesis doctorales me es aún más ajeno que la presencia de verduras en mis comidas, por lo que no entraré en el detalle del título, materia y demás particulares.

La valenciana presentó el fruto de su esforzado trabajo ante un jurado que uno solo puede imaginarse lleno de malos-malísimos con ganas de tirar abajo su ilusión y sacrificio de varios años. La presentación fue luego defendida ante el fuego de una batería de preguntas cuyas respuestas, a veces, se tenían que remontar bastante tiempo atrás, con las dificultad propia de expresar aquello que se aprendió en la lengua materna pero que hay que dar cuenta en la inglesa. Allí se dieron las contestaciones oportunas aunque faltaran las palabras, ya fuera dibujando los átomos en la pizarra o en el aire con las manos, que todo vale.

Al término de la estresante sesión y cuando la fallera tomaba el camino de la puerta para dejar que el jurado deliberara, la paran de sopetón y la dicen que se quede, que hay poco que deliberar, que es una tesis cojonuda, una de las mejoras que han visto por parte de alguien de habla no inglesa y que la prueba está superada con creces, “doctora”.

El portavoz del jurado también la felicita expresamente por haber hecho el esfuerzo de responder a algunas de las preguntas, “al contario que otros que prefieren decir que no saben para evitar el mal trago de no articular lo que saben en un idioma ajeno”. Desde luego no sabían a quien tenían enfrente. Si el almirante Nelson hubiera paseado su flota por el Mediterráneo otro gallo le habría cantado.

Voy a preparar un “agua de Valencia” para celebrarlo.

jueves, 29 de mayo de 2008

Por quién doblan las campanas

Esta bitácora languidece. Menos mal que ellas dan a luz, alimentan a la criatura y se inventan sobre la marcha el manual de instrucciones. Si fuera por nosotros, la parte masculina del asunto, la humanidad estaría extinguida a estas alturas.

Aprovecho la penúltima entrada de estas páginas para contar otra historia más de la vida misma.

Hacer unos días celebrábamos la despedida a un canario – de Las Palmas de Gran Canaria -, que ha hecho tres meses de mili por estos lares. El pájaro aterrizó aterido de frío en Febrero –cambios tan bruscos de temperatura no pueden ser buenos para la salud – y poco a poco fue conquistando su everest particular.

He relatado muchas veces las sorpresas que uno encuentra en el entorno multicultural. Me vienen ahora a la memoria algunas más. Por ejemplo, la de aquella colega francesa de origen ugandés, oronda licenciada más negra que el carbon, que rompió con su novio porque la familia le recriminaba que este era de la tribu equivocada. O la de una antigua compañera de piso de origen indio que veía a su novio blanco e inglés a escondidas pero que, por presiones familiares, acabó pidiendo que negocieran el matrimonio con un primo suyo.

Cuento esto porque las sorpresas también se deparan a título doméstico y fue refrescante saber que el isleño se maravillaba al ver el Támesis caudaloso o los trenes rápidos de cercanías, porque, joder, no hay ríos como dios manda o trenes de verdad en todas las partes del mundo, entre otras, en las Islas Canarias. No sabemos lo que tenemos en el continente.

El canario y su tesis doctoral a medio hacer empezaron ganando su jornal cortando pepinos y tomates en los destinos más variados. Al cabo de un mes y medio estirando su inglés en cocinas de poca solfa consiguió convalidar su título de profesor de enseñanza escolar, lo que le permitió trabajar como profesor suplente en los colegios de alrededor. Aquí los profesores enferman con frecuencia – y mejor que me calle, que esto daría para otro capítulo.

Con valor y arte torero, impartió clases de historia y de filosofía a los gorriones locales. Poco importaba que él fuera profesor de educación física, le decían los directores de las escuelas, mientras mantuviera el orden en la clase y no se le desmadraran mucho. Todo con mucho please y thank-you, claro está, no fuera a ser que se ofendieran los animalitos. Vaya hervidero de pequeños cabrones se está cocinando en este país, nos contaba.

Pero dónde vas, criatura, - le exhortábamos sus paisanos en vísperas de su retorno a las islas afortunadas - si ya has pasado lo más difícil, ahora que vas el viento de cola y con mucha carrerilla? Tiene válidas y variopintas razones para reemprender el vuelo aunque, en resumidas cuentas, se vuelve a casa porque vive de puta madre en su islote, que eso también cuenta.

Un gusto, Mr De Armas.

domingo, 27 de abril de 2008

Pasados por agua

Siempre hay una primera vez para todo en esta vida y aquel sábado lluvioso me encontraba limpiando los cristales de las ventanas del salón. Pero es que tú te has caido de un árbol esta mañana?, sentía que preguntaba la voz de mi conciencia.

Esperaba una visita social en un par de horas. Se trata de una pareja de amigos ingleses con la que teníamos más trato antiguamente (he dicho trato y no amistad? Me parece que llevo demasiado tiempo en este país) pero la comunicación había ido a menos. Debe ser porque nos quedamos al banquete de su boda sin haber sido invitados por un cúmulo de infortunios, y ella - siempre relamida, de maneras impecables y discurso groseramente educado - nunca nos lo ha perdonado.

La parejita de marras tiene un bebé de veinte semanas que brindaba la excusa perfecta para juntarnos en esta especie de reuniones-competición de padres primerizos y comprobar quién la tiene más grande, encontrar secretamente un defecto en la menuda parte contraria e intercambiar estupideces del estilo: “qué guapa está / hombre-por-dios la tuya aún más” “Calla-calla, que apenas me deja dormir / uy pues esta no te imaginas que noches me da” “Siempre está muy risueña / nos ha dicho el doctor que parece la más feliz del mundo.”

Además de limpiar las ventanas del salón, también tenía que quitar de la vista las cuatro tarjetas de felicitación que nos llegaron por la buena nueva. Ya expliqué en otra ocasión aquí cuál es mi teoría al respecto y no me apetecía soportar miradas indiscretas sugiriendo que solo teníamos cuatro amigos.

Y qué me dicen de los regalitos! No se les ocurrirá traernos unas lentajas con chorizo como hicieron Eduardo & Noelia, o un pastel de espinacas como hizo Asun. No, seguro que traerán un vestido rosa para el bebé. Qué divino. Como no me coma yo el vestidito con patatas fritas…

Ya habrán adivinado que estaba deseando ejercer de anfitrión en aquella miserable tarde. En fin – suspiraba. Voy a demostrar que los bárbaros extranjeros somos capaces de organizar una tarde de té con pastas - en vez de chorizo y tortilla de patatas - halagando al prójimo en lugar de criticarlo y controlando el orgullo paterno en cuanto la pequeña empiece a sonreir coquetamente.

Pero no todo suele salir según lo planeado.

Juro que no oímos el timbre. Parece ser que no tocaron una, si no tres veces. Unos minutos más tarde, al cuarto apedreo de la puerta, recibí al trío de invitados empapados hasta la médula. “Esto no empieza bien, pensé para mis adentros. Seguro que al bautizo no me invitan”.

miércoles, 23 de abril de 2008

Ello Smith

Pasaba mi cuarto día en la maternidad del hospital de Reading cuando me topé con una pareja con la que coincidí en las clases prenatales pijas. Por cierto, a posteriori, tengo que decir que las enseñanzas impartidas sirvieron para poco (por no decir nada) porque llegado el momento me encontré con poco valor para explicar a una doctora, dos comadronas, una enfermera y la jefa de la planta, que la posición que adoptaba mi señora durante la faena no era la más idónea para un parto en comunión con la madre naturaleza y consigo misma. Si llego a abrir la boca, fijo que me habrían insertado los forceps por donde mi espalda pierde su casto nombre.

Les contaba que me encontré con una pareja conocida, quienes habían tenido su bebé el mismo día que nosotros aunque la criatura estaba un poco debilucha y bajo observación médica. Cómo se llama vuestro bebé?, les pregunté con genuino interés de padre primerizo. “Aún no tiene nombre”, respondieron. Y cuando os dirigís a él, cómo le llamáis? “Ello (It)”.

Por el amor de los caballeros del santo sepulcro y la virgen de la cuenca del Guadalquivir, pensé para mis adentros. Le llaman “Ello” al bebé. Parece el nombre de la nueva fragancia de Calvin Klein. El neonato va a tener que recibir tratamiento psicológico en cuanto pueda articular dos palabras seguidas.

Para mi sorpresa, no era el único caso en el hospital, así que llamé a Darren, mi wikipedia personal para usos, asuntos e idiosincracia británica. “No es que esté criticando vuestras costumbres, querido, - le dije - pero manda huevos esto de no poner nombre a los recién nacidos”.

Parece ser que eso es relativamente normal en este país, me explicaba. Unos esperan ver la cara del nuevo retoño para ver a quién les recuerda y ponerle nombre, algunos confían en la inspiración del momento, otros pocos no se preocupan por el asunto… En fin, “de aquellos polvos, vienen estos lodos”

sábado, 19 de abril de 2008

Caracoles y cerdos

Se anunciaba como el programa que iba a poner la cocina española en el mapa, “dejando de ser el primo pobre de la cocina francesa e italiana”. A por ellos, que son pocos y cobardes. No hay como apelar al instinto patriótico para ganarse nuestro corazoncito.

La presentadora, una joven cocinera inglesa -con buen dominio del español aunque un poco chillona para mi gusto televisivo- recorre los pueblos de España visitando sus gentes y aprendiendo de sus costumbres culinarias para luego exportarlas al Reino Unido con un retoque al gusto británico.

Así, una viejecita almeriense le enseño a cocinar una paella de conejo y caracoles, un pastor castellano supervisaba cómo preparaba unas migas de chorizo y una recolectora de azafrán mostraba su particular receta de albóndigas en la cocina de su casa. Todo con una pinta riquísima. La primera parte se puede ver aquí y la segunda aquí (video clips de 10 minutos en inglés - aún no he encontrado la tercera y última parte en Youtube)

Entre otras cosas, el programa filmó la matanza del cerdo en un pueblo de Huelva y todo el folklore que rodeaba al evento. Tenían que ver las lágrimas que le caían a la periodista con los chillidos del puerco. Las viejecitas del pueblo removían la sangre del animalito en grandes barreños para hacer los chorizos y metían el dedo y se lo chupaban para comprobar cómo estaba de especies. La periodista flipaba en colores y supongo que al par de millones de espectadores que atrajo el programa se les ha quitado las ganas de probar un embutido español después de ver las entrañas del proceso productivo. Eso que se pierden.

Las imágenes me traían el recuerdo de un grupo de americanos poniéndose de embutidos hasta las cartolas en un bareto de Madrid hace ya muchos años. Una yanki preguntaba insistemente de qué estaba hecha la morcilla de Burgos que estaba engullendo glotonamente. El camarero esquivó cortésmente la pregunta un par de veces pero a la tercera no tuvo escapatoria… Vaya salto que pegamos los que estábamos allí cerca para que nos nos salpicara el vómito que sucedió a la respuesta.

domingo, 13 de abril de 2008

Penalti y expulsión

Al principio estábamos nosotros solos en la sala de espera del ala de maternidad del hopsital. Luego empezaron a llegar más embarazadas a punto de caramelo, con sus parejas y, tras una hora, aquel lugar estaba a punto de explotar, en todos los sentidos de la expresión.

Aparece entonces una muchacha que no creo que pasara de los dieciséis años, también embarazada, con evidentes signos de dolor, seguida de su noviete adolescente y la suegra. El chaval no sabía muy bien lo que hacer – como el resto de los varones que allí nos congregábamos, pero a él se le notaba más – y su mirada huía de todos aquellos que le acribillábamos con curiosidad. La suegra tenía cara de mala hostia y llevaba la voz cantante, como no podía ser de otra manera.

“Vaya penalti, criatura - pensé para mis adentros. Penalti y expulsión.” Lo que pasa por los calentones y las prisas que dirían los más amables, o por los beneficios sociales y las facilidades de acceso a la vivienda para los más desamparados, que dirían los más cínicos.

No sé porqué me sorprendí ya que el Reino Unido disfruta de la tasa de embarazo adolescente más alta de Europa Occidental (el doble que la de España, por cierto, aunque la mitad de la de EE.UU). Pasé trabajando cinco años en Bracknell (Berkshire), una ciudad notoria por la cantidad de jovencitas que, mientras sujetan el cigarillo con una mano y hablan por el móvil con la otra, empujan sus carritos de bebé con su bombo de siete meses. Vaya angelitos.

Al día siguiente, pululaba por los pasillos del hospital matando el tiempo cuando oigo detrás mío un “Eh, colega!”. Giro y, para mi sorpresa, era el el tímido zagal de la sala de espera. “Has tenido ya el bebé?” me pregunta y sin esperar respuesta se abalanza emocionado sobre mí y dice: “el nuestro acaba de nacer hace media hora”. Me da un medio abrazo sentido en una inusitada muestra de afecto británico y se despide diciendo “Suerte, colega”.

Aprovecha este rato de euforia, colega, porque en cuanto se te pase el subidón la suegra te va a poner firme.

domingo, 6 de abril de 2008

Pequeños dictadores

Más que un babero necesitaría una fregona para ocultar mi satisfacción paterna. La criatura de la foto está está dictando cuales son ahora las prioridades. Mira que apenas hace algo (nada, mejor dicho) pero el día parece que no tiene suficientes horas.

Prometo no dar (mucho) el coñazo con historias de bebé aunque, en el corto plazo, no voy a poder resistirme a relatar algunos capitulillos de mi estancia hospitalaria que daban bastante juego. Les iré contando poco a poco.

sábado, 29 de marzo de 2008

Solidaridad hospitalaria

Es muy español esto de pasar las horas muertas en un hospital. A más de uno le sonará familiar la estampa de ese allegado ingresado por unos días y todo el elenco de familiares, amigos, vecinos y otros pegaos dándose relevos para no dejar solo al enfermo ni un minuto, pasando la noche en vela en una butaca incómoda, “no vaya a ser que necesite algo”. Para nada, con más frecuencia que no, porque para eso están las enfermeras y demás plantilla sanitaria. Dirán que el uso de tanto tiempo y esfuerzo humano es improductivo pero la compañía reconforta, las relaciones se estrechan y “hoy por ti, manaña por mí”.

Esto contrasta con la experiencia del enfermo anglosajón. Les cuento el caso de una familia británica amiga que me impactó especialmente y que ilustra bien las diferencias entre una sociedad y otra, con la confianza que da una muestra de una familia entre veintitrés millones.

Chris es un apreciado ex-compañero de trabajo, inglés, padre de una familia encantadora e hijo y nuero de dos familias muy “normales” y típicas en el país. Su mujer dió a luz su segundo vástago y el el parto fue horrorosamente mal. Ella acabó en la unidad de cuidados intensivos y el bebé fue trasladado a un hospital infantil a dos horas de distancia.

Comprenderán que el hombre pasó los peores días de su vida. Acompañó a su esposa en su recuperación mientras que su recién nacida hija pasó varios días sin tener una sola visita en el otro hospital. Yo asistía atónito a su relato, una vez que todo pasó a ser un mal trago, y no podía evitar preguntarme una y otra vez: “Y los padres y suegros (todos jubilados)? Y los hermanos? Y los amigos de siempre? Y los vecinos? Dónde estaban todos?”.

viernes, 28 de marzo de 2008

Yo no he sido

Que no, que el de la foto no soy yo. Uno es vanidoso pero no tanto.

Notaba un aumento de tráfico en la bitácora y acabo de caer en la cuenta que más de un despistado internauta esta aterrizando en esta página buscando lo que no hay. Ahora estoy acojonado. Cada vez que suena el telefono pienso que es la BBC.


He leido la noticia un par de veces pero aún ando confundido sobre quién en la pareja se cambió de sexo, quien dejó de tomar las inyecciones y quién lleva los pantalones en casa.

En fin, con suerte la próxima vez que aparezca por aquí ya estaré desembarazado y cambiando pañales a la criatura. En inglés, of cors.

martes, 25 de marzo de 2008

Crónica de la Premiership - jornadas 29, 30 y 31

“Ese carácter latino nos pierde…”

Eso me decía mi estimado Rodolfo, desde Valencia, por mensaje de texto. Estaba viendo lo mismo que yo por televisión: Javier Mascherano acababa de ser expulsado (min. 43) del Manchester United – Liverpool (el R.Madrid–Barca inglés).

Cierto. Lo malo del carácter latino apareció cuando la ocasión menos lo merecía: la actitud chulesca (Mascherano), el tembleque de piernas (Torres, Arbeloa, Fabio Aurelio) o de manos (vaya día, Reina) y el derrotismo del jefe (Benitez, Benitez, Benitez).

Dos días más tarde y Mascherano aún no sabe porqué lo expulsaron, lo que resulta preocupante porque los argentinos no tienen un pelo de tontos y este lo es o se lo está haciendo. Ya me jode dar la razón al amarillento tabloide The Sun, pero su artículo es un fiel reflejo de lo que todos vimos y muchos pensamos.

En fin, el Manchester United se lleva el título que el Arsenal está dejando escapar, mientras que el Chelsea se va a quedar con las ganas por segundo año consecutivo. Del Liverpool mejor no seguir hablando

Se ganan el cielo
- Zárate, argentino en el Birmingham, estrenó su cuenta goleadora contra el Reading aunque terminó en el lado perdedor.

Camino del purgatorio
- José Enrique (Newcastle) y Garrido (Manchester City), ganándose su puesto de titular
- Wilson Palacios, expulsado, en la derrota de su equipo (Blackburn 3 – Wigan 1)

Miran al infierno
- Iván Campo, otra diva más en el sobrepoblado universo de futbolistas arrogantes, quien salió echando pestes del entrenador cuando fue sustituido.
- El Liverpool entero, encabezado por su terrier argentino.


De la clasificación, mejor no hablo. Esta crónica de tres jornadas en una da muestra de mi fidelidad y hastío por la Armada.

- Posición de la Armada en la liga de la empresa (50 equipos): 45º (tres jornadas antes: 41º)
- Posición de la Armada en la liga del Daily Telegraph (300.000 equipos): 195.000.

Manchester United 3 - Liverpool 0

viernes, 21 de marzo de 2008

Locos de remate

Les contaba hace poco cómo discurría el juicio del siglo y obvié mencionar el juicio del año que acaba de dirimirse esta semana. Paul McCartney vs Heather Mills : historia de un divorcio anunciado. Los periódicos están que echan humo y toda una nación clama contra el malo de la película. La mala, en este caso. Siento llevar la contraria a 61 millones de británicos pero mis simpatías recaen sobre la parte más indefensa. Las mujeres y los niños primero.

No hace falta que presente a (Sir) Paul McCartney. Una vez le pillaron con sus amigachos músicos cruzando un paso de cebra en Londres y de allí al olimpo de los dioses. Carita de ángel de día, insoportable de noche. Su mujer, encarnizada vegetariana, murió de cáncer y el pobre Paul sufría su viudedad en la soledad de la fama. Los ricos también lloran.

Un día apareció una hermosa princesa en su vida. Vocífera activista de organizaciones de caridad, ex-modelo que gasta una pierna de menos debido a un accidente de coche. Dicen las malas lenguas que en su juventud había ejercido de señorita de companía. No hay porqué avergonzarse, que todo el mundo tiene un muerto en el armario aunque en el suyo parece ser que cabían muchos.

Los tortolitos se casaron, comieron perdices, fueron felices y engendraron una vástaga. Sin embargo el viento cambió de dirección, la relación se tornó agria, el Paul le cambió las cerraduras de casa, la prensa empezó a sacar la ropa sucia, se retaron a través de los abogados más caros y fueron incapaces de llegar a un divorcio amistoso. Mientras tanto, todo un país y sus inmigrantes siguiendo los dimes y diretes del caso como si de una telenovela venezolana se tratara.

El tema llega al juzgado. La Heather dice que el Paul tiene una fortuna de 800 millones de libras (1.200 millones de euros) y que ella quiere 120 millones p’ salir p’lante. No sé dónde debe comprar el pan esta mujer. Además despide a sus abogados que le están costando un ojo de la cara (lo de la pierna sucedió antes) y decide representarse a sí misma. La mujer caminará con una protésis de plástico pero no me negarán que no tiene dos cojones.

En fin, el juez acaba de dictar sentencia y dice que Pablito Beatles “sólo” vale 400 millones de libras y que a la rapaz de su ex-mujer “sólo” le corresponden 24, millón arriba, millón abajo. Además el juez la define “ridícula”, “inconsistente” y “nada razonable”; eufemismos que se traducen del inglés al castellano popular por “loca mentirosa”. No me negarán que esto no es justicia con mayúsculas.

Pero esto no es todo. La Mills sale del juicio jubilante, la rodean doscientos periodistas y, en vez de sacar un papelito del bolsillo y leer un comunicado inocuo como hace todo el mundo en estos casos, empiezan a salir culebras de aquella boquita dando cera al tocapianos de su ex y a todo bicho viviente.

A estas horas seguro que está llamando a Sarah Ferguson y Paul Burrell, entre otros, para entrar en el circuito americano de conferencias.

martes, 18 de marzo de 2008

El saber no ocupa lugar

Rehusé la invitación educadamente. Unas treinta almas del departamento habían organizado una “quiz night” en un pub cercano donde el jefe supremo, agradecido por nuestro abnegada dedicación, había dejado la cuenta pagada. Soborno, lo llamarían en otras latitudes.

No es que me disgustara el plan pero tampoco era cuestión de recibir una llamada de auxilio de mi media naranja en medio del jolgorio para acabar jaleando a la parturienta en el hospital con una copa de más en un momento tan señalado. Sentido común, que dirían unos. Calzonazos, que susurrarían otros.

Un quiz es un concurso sobre conocimientos de cuestiones generales. La concurrencia del pub se distribuye en grupos se paga una o dos libras por cabeza, alguien lee las preguntas micrófono en mano y cada equipo rellene su hojita con las respuestas. Cuando terminan las preguntas, se intercambian las hojas, el del pub lee las respuestas y los equipos se corrigen los unos a los otros. Por supuesto, nadie hace trampas. Fair play. Qué gran civiilización. Los premios suelen ser una cantidad pequeña en metálico, una caja de vino o similar.

Con razón los concursos televisivos como “Quién quiere ser millonario” (Who wants to be a millionaire) o “El rival más débil” (The weakest link) son muy populares en el Reino Unido. Los quizes son un pasatiempo británico por excelencia y la gente hace gala de lo leida e ilustrada que es. Digo yo que el Trivial Pursuit, la variante de juego de mesa, es el producto intermedio entre lo del pub y lo que vemos en la tele.

Las preguntas son del estilo: “Quién fue el primer alcalde negro de Londres?”, “Cuál era el nombre del primer submarino ruso abatido en la Segunda Guerra Mundial?” o “Cuántas hamburguesas se pueden hacer con un caballo?”. Las discusiones entre pregunta y pregunta discurren en voz baja y hay cierto recelo entre los equipos. Doy fe que la gente se toma muy en serio estos concursos, que más de una vez algún españolito despistado, hastiado de su propia ignorancia, ha intentado boicotear el concurso con graciosos comentarios en voz alta ante las furiosas miradas de los presentes y veladas amenazas a su integridad física.

Yo he participado en algunas de estas “quiz nights” porque sucedía que estaba en el pub en el momento de su celebración, más que por acudir expresamente a su concurso. Recuerdo con orgullo mi introducción a esta competición olímpica.

Estaba leyendo el periódico en un pub en Edinburgo, despues de un soporífero día de trabajo, cuando se aproximó el landlord del pub y me preguntó si quiería unirme a un grupo para participar en el quiz de aquella noche. Por qué no, me dije. Media hora más tarde me estaba arrepintiendo de tal precipitada decisión.

El fuerte acento escocés que no entendía y mis escasos conocimientos de la historia y actualidad local fueron minando mi interés por el jueguecito intelectual. Así que, a medida que trasncurría el concurso, yo me abandonaba a las pintas de cerveza y dibujaba esa sonrisa tan común en aquellos que intentan disimular que no se están enterando de qué va la misa la media y que parecen que están puestos allí por el ayuntamiento, como las farolas.

Por fin terminó el turno de preguntas, y tras el recuento de las respuestas, mi equipo había conseguido el primer puesto empatado con otro equipo. Habría una pregunta más para dirimir el desempate. Qué emoción.

La pregunta que resonó por los altavaces del pub fue: “Qué cantante español de éxito internacional fue portero del club de fútbol del Real Madrid?" Después del desconcierto inicial, las miradas de mi equipo se posaron en mí, mientras la mía, ebria, seguía fijada en las lucecitas de una máquina tragaperras tan aburrido que estaba de aquel coñazo.

Ganamos el concurso y, en consecuencia, el primer premio: una caja con treinta y seis botellas de cerveza. Recuerdo que me metieron media docena de estas en los bolsillos del abrigo y me enfilaron en dirección a casa, no fuera a ser que no acertara con el camino. Parecía una vaca suiza. Por el tintineo de los vidrios, se entiende.

sábado, 15 de marzo de 2008

Piña colada sin alcohol

Lo bueno de atender no uno sino dos cursos sobre “cómo sentirse útil antes y durante el parto sin aburrirse en el intento” es que he aprendido los permoneros del asunto desde dos ángulos distintos: los preparativos pijos y los preparativos del vulgo.

Digo preparativos pijos porque cuando uno paga por doce horas de instrucción de vuelo embarazado, lo que obtiene a cambio son magdalenas, zumo y café gratis, parejas profesionales de buen rollete como compañía y una comadrona-profesora rubia y comprensiva que ensalza las virtudes del parto “activo” y la implicación de la parte masculina durante todo el proceso.

Por el contrario, las tres horas gratuitas de enseñanza impartidas en el sistema sanitario público inglés corren a cargo de la descendiente directa de la oronda doncella negra en la película “Lo que el viento se llevó” ante la distraida mirada de varios obreros, un par de tocayos emigrantes ibéricos y algunos desempleados, además de sus señoras, parejas y compañeras. Empezó la sesión con un realista “Para qué nos vamos a engañar, llegado el momento esto os va a doler” acompañado de agua del grifo y útiles consejos como, por ejemplo, dónde aparcar gratis en el parking del hospital o cuál es la cafetería más cercana.

Las magdalenas estaban buenas pero apenas me acuerdo en qué consiste el parto activo. En cambio, aún rememoro con vivo detalle las recomendaciones de la centroafricana, incluida lo bueno que es la piña para tener un buen parto y la anécdota que contaba sobre aquella mujer que llamó al hospital preguntando si podía pelarla porque sospechaba que, de otro modo, se iba hacer daño.

No quiero pensar qué es lo que pensaba hacer con la piña.

jueves, 13 de marzo de 2008

Las vueltas que da la vida

Un amiguete hacía una visita relámpago a Reading hace unos días. Vino a hacer una entrevista de trabajo para un puesto de envergadura en una prestigiosa multinacional.

Da la casualidad de que fue en Reading donde empezó sus andadura internacional seis años con el fin de mejorar su inglés y dar salida a un titulo universitario que era pasaporte de frustación y condiciones laborales precarias en España. Como tantos otros. Con esfuerzo y dedicación fue progresando profesionalmente y acabó dejando estas tierras para emigrar a otras abrazando las oportunidades que se le iban presentando.

Estábamos dando una vuelta por la ciudad, charlando sobre los viejos tiempos, cuando pasamos por un bloque de oficinas y mi amigo recordaba entre risas que allí mismo había empezado su aventura inglesa, responsable de la limpieza del primer piso. También contaba que mientras pasaba el quitapolvos por los escritorios echaba un vistazo a los papeles que había por encima para aprender cómo se redactaba la correspondencia de negocios en inglés.

Este amigo del que hablo me llamó esta tarde para comentarme que le han ofrecido el trabajo al que se presentaba. Olé tus huevos, Juanma.

lunes, 10 de marzo de 2008

Saben aquel que dice...

Uno de los momentos más recordados en una fiesta, cena o celebración inglesa es cuando el españolito de turno - envalentonado por las cuatro pintas (dos litros) de cerveza que le han hecho engullirse en una hora, la quinta que tiene encima de la mesa y la sexta que le están pidiendo en la barra del pub -, decide lanzarse al ruedo social, liberarse de ataduras linguísticas y dicer eso de: “Os voy a contar un chiste”. Ahí empieza la tragicomedia.

El humor inglés es diametralmente opuesto al hispano. Sus chistes son cortos, agudos, algo semidesnatados y desprovistos de carcajadas sonoras. Los llaman one-liners (de una línea) Un mal ejemplo sería este: “Qué es una oveja sin patas? Respuesta: una nube. O este otro: "Sea bueno con sus hijos porque ellos eligirán su residencia de ancianos". Mientras nuestro protagonista español asiste al intercambio de “on-liners” pensando: Vaya gilipollez de chistes.

También son populares muestras de humor inglés las expresiones cortas, espontáneas, punzantes, dichas con cara de póker, que describen con ironía o sarcasmo lo que sucede en un momento dado. Humor de personas inteligentes (o de cobardes, según la generosidad con la que se mire). Un ejemplo de esto es lo que Margaret Thatcher, levantando la mano distraidamente, dijo a uno de sus rivales politicos que pasaba al lado suyo durante una cena de gala: “Camarero, un whisky con hielo, por favor”. De esa forma, denigraba públicamente a su oponente y también se reía de la mala elección de su vestimenta.

Así que se imaginarán la escena cuando mi paisano anónimo pega un brinco, logra la atención de sus ebrios contertulios ingleses en el pub y comienza el chiste “a la española’” diciendo:


“Erase una vez un matrimonio que estaba decidiendo qué hacer de comida. Deciden comer caracoles y entonces el hombre va al mercado a comprarlos”.

La audiencia asiste perpleja al relato, insegura sobre si lo que está escuchando es una experiencia personal o algo que ha aparecido en las páginas de sucesos de los periódicos. El chiste se interrumpe cada dos por tres porque algunos no han entendido la pronunciación inglesa de “caracoles” o “mercado”. Cinco minutos más tarde y solucionados cualquier malentendido.

“El hombre se encuentra con un amigo en el camino y paran en un bar a tomarse una cerveza, y después otra, y luego otra…

“Diez horas más tarde el hombre vuelve a su domicilio con una cogorza de aupa. Dentro de casa, la mujer está que se sube por las paredes, jurando matar a su marido en cuanto aparezca por la puerta”.

Todo esto se cuenta con gesticulación grandilocuente y traducciones imposibles. A esas alturas, algunos ingleses se estarán partiendo de risa - no por el chiste en sí, sino por lo cómico que resulta el cuentachistes - otros tantos estarán mirando el partido de fútbol en la television del pub y unos pocos áun asistirá boquiabiertos al espectáculo gratuito.

“El hombre suelta los caracoles en la puerta de casa y toca el timbre. Cuando la mujer abre la puerta encuentra a su marido exhortando a los caracoles: Vamos, vamos, que ya casi hemos llegado”.

El chiste ha concluido y no se oye una carcajada. Es entonces cuando los efectos depresivos del alcohol empiezan a hacer efecto en nuestro protagonista, quien se dirige a la barra del bar a pedir la séptima mientras jura para sí mismo odio enterno a la reina (la de ellos, se entiende).

jueves, 6 de marzo de 2008

Alimentando al felino

Vengo del breastfeeding workshop. En español, algo así como “taller de dar el pecho”. Lo han leido bien. Empiezo a pensar que el Reino Unido es la NBA del embarazo. No me explico cómo se ha podido reproducir la raza humana sin pasar por los cursos pre-natales.

Resulta que tenemos la inmensa suerte de que una eminencia mundial en esto del breastfeeding practica en Reading. O sea, que es como una Ronaldinho pero no del fútbol si no de los entresijos que rodean a la succión del pezón por parte de tres kilos y medio de carne con ojos. Alabado sea el señor.

Modestia aparte, yo asistía al taller / curso / sesión con esa sensación de que podía ser tanto el maestro como el aprendiz. No es que me considere un experto mundial en breastfeeding pero uno ya ha hecho sus pinitos. Tentado estaba de explicar cómo ordeñé una vaca por primera vez (en Rebollar de Ebro, dónde si no), pero tras el escaso éxito de mis explicaciones veterinarias en anteriores clases pre-natales decidí en esta ocasión hacer mutis por el foro. Aún así, contaré aquí una fracción de mi experiencia granjera.

Yo tiraba de las ubres con tesón pero allí no salía líquido alguno.
- Relájate – oigo que dice mi amiguete Raúl, vaquero en aquellos tiempos (ingeniero lácteo lo llamarían aquí.)
- Me lo estás diciendo a mí o la vaca? – respondí frustrado.


En fin, vuelvo al relato original y dejo aquí aquella experiencia adolescente, que parece que últimamente no paro de hablar sobre vacas .

Entonces dijo la mía “Me acompañarás al curso, no?” Me encanta la forma con la que el universo femenino camufla las órdenes en forma de preguntas. Faltaba más, cielo. El apoyo de la pareja es fundamental durante el embarazo, como ya sabrá el lector a estas alturas de la bitácora.

Llegado el día de marras, y minutos antes de encaminarnos al hospital, caigo en la cuenta que no he cumplido con el deber encomendado: comprar un muñeco. Nos habían pedido que lleváramos un muñeco para simular las prácticas y a mí se me había olvidado comprarlo, lo que se estaba traduciendo en una acalorada discusión doméstica… para estrechar los lazos conyugales, que dirían los expertos en la materia.

Haciendo honor a mi pasaporte, encontré la solución al problema: un tigre de peluche. Improvisación española con mayúsculas. Creo que había comprado el animalito en el “duty free” de un aeropuerto americano hace tres años. El tigre tiene un tamaño algo mayor que el de un bebé y un cabezón considerable, con lo que salvando su clasificación en un capítulo distinto del reino animal, podía pasar por un recién nacido a los efectos del jodido curso.

Así que allí nos ven, entrando por el hospital mi señora embarazadísima y yo con el tigre debajo del brazo. Abro la puerta de la clase, saludo con un hello con jota al grupito allí congregado y la cara de la experta mundial en breastfeeding al ver al tigre era todo un poema. No sabía si reir o llorar.

Media hora más tarde, en medio de las “prácticas”, empiezo a dar vueltas por aquella clase, abriendo y cerrando cajones.
- Le puedo ayudar en algo? – me pregunta la entendida, muy solícita ella.
- Busco una tijera.
- Para qué quiere una tijera?
- Es que los bigotes del tigre me hacen cosquillas.

miércoles, 5 de marzo de 2008

Crónica de la Premiership – jornadas 27 y 28

No habrá pasado desapercibido al perspicaz lector deportivo el hecho de que las crónicas de la Premiership aparecen con menos frecuencia de lo esperado. Y con razón.

Me acaban de nombrar “loser of the month (perdedor del mes)” entre los cincuenta entrenadores aficionados de la empresa gracias a los denodados esfuerzos de la Armada. Mi equipo ficticio fantástico es más sospechoso que un gitano haciendo jogging y suma menos puntos que el representante español en el festival de Eurovisión.

El primer trofeo de la temporada (Carling Cup) fue a parar a las manos de Juande Ramos. Vini, vidi, vinci (o algo así). En su camino al título de la la Premiership, el Manchester United del inagotable Tévez ha acortado distancias sobre el Arsenal del indolente Cesc Fábregas y se coloca a un punto.

Las emociones del campeonato se reducen ahora a dos: qué equipo arrebatará la plaza al Liverpool para disputar la Champions League y quien acompanará a Fulham y Derby a segunda devisión.

Se ganan el cielo

Juande Ramos – llegó y besó el santo. Primer trofeo para las vitrinas del Tottenham Hospur tras nueve años de sequía. Buen trabajo.

Winston Palacios & LA Valencia – asentados en el Wigan y culpables de inyectar sangre caliente

Fernando Torres – hizo un hat trick al Middlesbourgh y se lo dedicó a su jefe (Rafa Benitez), quien no parece contar con el apoyo de sus jugadores ingleses (que son dos, por otra parte)

Fabio Aurelio - inauguró su casillero personal con una Buena volea contra los alicadios Bolton de Iván Campo (1-3)


Camino del purgatorio

Bienvenidos Zárate – otro argentino por estos lares, en los de Birmingham más concretamente. Nuevo ídolo de la afición local por su afición al regateo y al fútbol entretenido. En Birmingham no habían visto una cosa así desde que pasó el circo de los payasos.

Alves – brasileño, nuevo delantero del Middlesbourgh. Pero qué hace ese hombre allí!


Miran al infierno

Quien esto escribe.


De la clasifiación, mejor no hablo.

- Posición de la Armada en la liga de la empresa (50 equipos): 41º (dos jornadas antes: 36º)
- Posición de la Armada en la liga del Daily Telegraph (300.000 equipos): 178.000.

viernes, 29 de febrero de 2008

Una de soponcios

- El apoyo de la pareja es fundamental durante el parto – me contaba entusiasmado otro embarazado en el descanso de las clases pre-natales.
- Ya – respondo monosilábico
- Tú vas a estar presente?
- Igual
- No serás de los que te desmayas en cuanto el tema se pone feo?
- Quizás.

“No sería la primera vez”, pienso mientras me vienen a la cabeza ciertos recuerdos. Trabajaba por aquel entonces como “experto” en un hospital privado irlandés y aquel día me encargaron “tomar notas” en el quirófano número 2. Allí estaba yo, cuaderno en mano entre las enfermeras, el cirujano y el anestesista, poniendo cara de enterao cuando no tenía ni puñetera idea de lo que estaba pasando. La belleza de ser “consultor”.

La operación era una artoscropia a una anciana. Había un monitor de televisión por el que el cirujano guiaba sus artes y no se veía una gota de sangre o un centrímetro de piel. Lo que avanza la ciencia, reflexionaba mientras seguía atento la película.

“Qué calor hace aquí”, me dije para mis adentros. Aquella sensación iba acrecentándose hasta que me dí cuenta que allí el único acalorado era yo y que mi cuerpo no respondía a las órdenes de mi cerebro. Me iba a desmayar. "No me jodas, acerté a decirme, que de esta te echan a la calle".

Tuve el tiempo justo para abrir la puerta del quirófano y caer de bruces inconsciente en una camilla que había en el pasillo. No sé cuánto tiempo permanecí allí, quizá diez minutos, hasta que una enfermera que pasaba por allí acudió a mi auxilio. Entonces entendí el origen de la expresión “verguenza torera”.

Me incorporé, atusé mi atuendo y empecé a balbucear: “Que me dejen solo, que entro de nuevo”. Decía esto y otras tonterías ininteligibles en mi lengua materna, según se contaba luego en los corrillos del aquel hospital. Solo me faltaba el capote, la espada y el torniquete aliviando la cornada. “Tú ven aquí, cordero, que te voy a dar un café a ver si recuperas el color mediterráneo original”, debió decirme aquella enfermera con cara mustia, como la de una madre soltera con hijos en el servicio militar.

Media hora más tarde entré de nuevo al quirófano, con el orgullo herido, ante las sonrisitas de todos los presentes. Eso sí, entonces viendo la película desde la puerta, que para qué iba a molestar allí tan cerca. Por meterme donde no me llaman.

- Y has decidido si vas a ser tú el que corte el cordón umbilical al bebé? - continuaba preguntando el pesado.

martes, 26 de febrero de 2008

Las reglas del juego

Uno se va haciendo mayor, la paciencia va menguando con la edad y el buen talante empieza a brillas por su ausencia. Dicho de otro modo, y dejándome de finuras literarias, hay cosas que a uno le tocan los cojones a estas alturas de la vida.

Exageraba hace unos días sobre el hecho de que cualquier ignorante de la lengua inglesa podría llegar a ministro con el único conocimiento de sorry-please-thank-you. Hoy voy a dar un vuelta de tuerca más a la etiqueta social británica con un ejemplo que estuvo a punto de costarle la vida a mi teléfono móvil.

Hice una pregunta a una amistad inglesa y recibí como contestación el siguiente mensaje dos días más tarde: “Sorry for the late reply. I don’t know. Do a search on the net. How is your wife?” (Disculpas por el retraso de mi respuesta. No lo sé. Búscalo en la internet. Cómo está tu mujer?)

Maravilloso. Esto debería reproducirse en los libros escolares. Es el ABC de la interacción británica. Desengrano el mensaje a continuación.

1. Lo primero es disculparse. Por lo que sea, pero disculparse. Que la respuesta llegó dos días más tarde y ya no sirve para nada? Uno se disculpa y aquí paz y después gloria. Ignorar el mensaje hubiera sido rudo, como somos los extranjeros cuando nos rozan mínimamente, nos piden perdón y nosotros pasamos de largo sin siquiera decir un “no problem” o un “that’s okay”. Bárbaros que somos.

2. Hay responder sucinta y positivamente. En España empezaríamos a contar el caso de un vecino en la misma situación que acabó en tragedia. Si la respuesta es negativa hay que sugerir algo positivo. Aunque la sugerencia sea una estupidez, como es el caso del ejemplo. Mis paisanos también harían esto último pero para aparentar que no somos tontos. Aquí en cambio es para demostrar que se aporta un granito de arena, por pequeño (e inútil) que sea. Igualito que la diplomacia ibérica.

3. Por último hay que preocuparse por el sujeto y sus circunstancias, aunque te importen un pimiento. Esto es sagrado.


Estas son las reglas del juego. El que quiera jugar ya sabe lo que tiene que hacer; y el que no quiera aceptarlas, a Gibraltar.

sábado, 23 de febrero de 2008

Respeto

He leido sobre un tema que han tocado recientemente y por separado personajes de las más distintas profesiones: los españoles y el respeto (o la falta de).

Engullía una deliciosa entrevista al entrañable Alfredo Landa, quien se quejaba de que lo que faltaba era respeto.

Pregunta: ¿Tiene remedio la cosa esa del comportamiento medio de los españoles?
Respuesta: Hoy en día, en este país no hay ni gota de respeto, mecagüen la leche. Y es complicado. No sé, a lo mejor hay que crear para nuestros críos un instituto donde se enseñe la asignatura Respeto.

El maestro Pérez-Reverte reproducía en su página dominical la anécdota que le contó una amistad cuando asistía a la celebración del aniversario de una batalla que los a los franceses

"Subió primero al mástil la tricolor gabacha, a los sones de La Marsellesa; y un matrimonio francés y cincuentón que estaba en la mesa contigua, plano de la ciudad desplegado y mirando la recién restaurada catedral, se puso en pie al oír los compases de su himno nacional. Sonó luego la Marcha Real mientras se izaba la bandera española, y el matrimonio francés siguió en pie, respetuoso, mientras todos los españoles allí presentes continuaban sentados, a lo suyo, charlando como si nada. "¿Y tú qué hiciste?" Avergonzado, me puse despacio en pie, y al verme hizo lo mismo algún otro… Éramos tres o cuatro, como mucho. Y mirando con mucha envidia al matrimonio francés, pensé: nos han vuelto a ganar."

El futbolista Iván Campo, peso pesado de los Bolton Wanderers ingleses, respondía sus experiencias en España y en Inglaterra en una entrevista en El Mundo


"Creo que España ha perdido los principios. Me refiero a la educación, el respeto. Veo muchas cosas del futbol español que ya no son como antes. La gente te puede recriminar por la calle, te faltan a nivel profesional y personal. Es algo que ya no puedo aguantar."

Un actor, un académico y un deportista coinciden en el diagnostico. Cuando el río suena, agua lleva...

martes, 19 de febrero de 2008

Sólo para "británicos"

Para aquellos residentes en el Reino Unido únicamente, que para eso pagamos por ver la tele: esto va a sonar a publicidad gratuita pero la novedad lo merece. Lástima que no se pueda ver desde el “extranjero”.

La página web de la BBC ha inaugurado una sección donde se pueden ver sus programas de televisión más recientes. No se necesita descargar software alguno; únicamente disponer de una conexión de internet decente para ver los programas inmediatamente pulsando aquí.

Entre muchas programas de buena calidad, hay dos documentales que se han emitido recientemente que merece la pena destacar. Uno es sobre el arte en España (“The Art of Spain”, tres capítulos), interesantísimo, entretenido y narrado con mucho entusiasmo. Otro es una serie de documentales sobre animales de sangre fría (Life in Cold Blood, de David Attenborough), también muy entretenido.

Con suerte, la versión internacional para el resto del mundo mundial estará disponible en breve. Os mantendré al tanto.

viernes, 15 de febrero de 2008

Faltan negros en España

Las pantallas de plasma en la cantina de la oficina están mostrando las imagenes de los abusos racistas de un grupo de españoles a un deportista inglés de color (de color negro, para más detalles) en Barcelona.

- Qué es lo que ha pasado?, pregunta un comensal con aire distraido. Es lo que los manuales llamarían una pregunta capciosa.
- Ni idea. No estoy muy al tanto de las noticias estos días, respondo. Es lo que los expertos llamarían “comprar tiempo” y asegurarse que uno tiene el chaleco antibalas puesto y comprobar que el seguro del revolver está quitado.

Ha pasado una semana y el tema aún se trata en los periódicos y las televisiones continúan recordándolo. No es la primera vez que pasa lo mismo con un deportista británico en España. El ministro de interior británico ha dicho que presentará una queja formal. Aquí pasó lo mismo a finales de los setenta cuando los primeros jugadores negros de fútbol se asomaron en el campeonato nacional.

Mientras tanto, muchos perdieron una gran oportunidad de coronarse campeones en el Gaza catalán. No solamente los responsables del circuito sino también el doble campeón del mundo Fernando “Barbie Quejica” Alonso. Se podría haber acercado a los hinchas y pedirles calma, o pasarse por el garaje de su antiguos empleadores o de plantarse y decir a su equipo y a los organizadores que él no salía a la pista si aquellos imbéciles no eran desalojados.

Obrando así se hubiera ganado la tercera corona mundial y el respeto de muchos. Pero era pedir demasiado, que a él “nadie le había dado vela en aquel entierro” y de todas formas, la culpa es de su antiguo compañero, que se lo ha buscado. Y además es negro.

Lo dicho, nos hacen falta treinta años más de convivencia para que esto deje de ser permisible. Treinta años, una generación.

miércoles, 13 de febrero de 2008

Crónica de la Premiership – jornadas 25 y 26

Dos crónicas de la Premiership por el precio de una. Quién dijo fútbol cuando el baloncesto, el hockey o el tenis son muchos más entretenidos. Maldita la hora en la que se me ocurrió apuntarme a esto de la Liga Fantástica.

El Arsenal del establecido Manuel Almunia ha abierto un boquete de cinco puntos con el Manchester United de Tévez (voluntarioso pero con la pólvora mojada); el Liverpool del lesionado Torres avanza como los cangrejos, hacia atrás (a 19 puntos del líder); mientras que el Chelsea de los brasileños Alex y Belletti intenta no perder comba con los de arriba a base de aburrir a la parroquia local.

La Armada ha pasado de ser el hazmerreir de la empresa a ser ignorada vilmente. No hay derecho. Como diría la Pantoja, que hablen bien o mal, pero que hablen.

Se ganan el cielo

- Cesc Fábregas, no tan brillante como al inicio de temporada pero igualmente influyente en el equipo líder de la Premiership. Es una lástima que no traslade su maravilloso estado de forma al equipo nacional.

- Juande Ramos, quien ha enderazado el ritmo del Tottenham a base de ejercicio, dieta mediterránea y sabiduría táctica continental. Lo que hace el aceite de oliva y poner cara de malas pulgas.

Camino del purgatorio

Un grupito de currantes latinoamericanos que se baten el cobre en equipillos de medio pelo de la Premiership. A saber: Emanuel Villa (Argentina - Derby), la tripleta Wilson Palacios y Maynor Figueroa (Honduras) y Antonio Valencia (Ecuador) del Wigan, Felipe Caicedo (Ecuador, Manchester City) y Ulises de la Cruz (Ecuador, Reading).

Miran al infierno

El resto de la Armada, encabezada por Rafael Benitez, cuyo equipo es insufrible de ver y que no mete un gol ni al arco iris.

- Posición de la Armada en la liga de la empresa (50 equipos): 36º (dos jornadas antes: 34º)
- Posición de la Armada en la liga del Daily Telegraph (300.000 equipos): 164.000.

sábado, 9 de febrero de 2008

Ensayos de partero - parte 2

Debía yo ser aún menor de edad cuando un domingo de verano, vestido con mis mejores galas, me acercaba a casa de mi amigo Oscar con la intención de comenzar la ronda de vermouths matinal. Me tropiezo con su madre, quien me agarra por el brazo implorando:.“ la Juliana está de parto, ven a ayudarme que estoy sola”. Eramos pocos e iba a parir la abuela (la vaca, en este caso).

Sobra decir que muchas vacas gastaban nombre propio en Rebollar de Ebro, aldea díscola de varias docenas de habitantes y, en aquellos tiempos, una quinientas reses lecheras. Un vecino tenía una vaca de nombre Carolina y cuando nació la primera nieta a esta la llamaron también Carolina. Si las vacas no tenína nombre propio, se las trataba de “morena” o “rubia” por razones de su pelaje. Eso también explicaba la familiaridad con la que algunos de mis amigos vaqueros perseguían el ganado femenino durante nuestras incursiones nocturnas en las discotecas de las ciudades próximas (Reinosa o Aguilar de Campoó) y por lo que más de uno se llevó una bofetada en lugar de una coz.

En fin, que me pierdo. Les decía que allí estaba la vaca Juliana, postrada en su cuadra con notable dolor, las pezuñas de su hija vaquita asomando a este mundo, excremento por todas partes y yo, petrificado vestido inmaculado de marinero. La madre de mi amigo aplicó jabón de largarto en los bordes de la dilatada vagina de la vaca , le ató una cuerda a las pezuñas de la ternerita, me dió el otro extremo y me dijo: tira cuando te diga.

“Y así vió la luz del día una criatura más”, terminé contando a mi audiencia. "Cuentan estas horas de vuelo?"

viernes, 8 de febrero de 2008

Ensayos de partero - parte 1

Esto de hacer un máster express en labores pre-natales inglesas me tiene con el sentido del tiempo desorientado y con la pluma poco afilada.

Eramos ocho parejas embarazadas en un impoluto gimnasio de un centro cívico en Reading. La estampa me recordaba a antiguos (y fallidos) intentos de mejorar mis dotes bailarinas y donde al cambio de canción pide cambio de pareja y uno se encuentra rezando: “La gorda, no, que no me toque la gorda desdentada”. Claro que en esta ocasión, allí todas estaban gordas y ya tiene uno suficiente con los humos de la suya como para preocuparse por los incendios de las de los demás.

“Esto del parto es la primera experiencia para los todos aquí reunidos?”, preguntó la profesora-comadrona esperando la confirmación expresa del personal. Entre el cabeceo afirmativo de los presentes yo alzo la mano orgulloso y digo: “Esta va a ser mi tercera vez.”. Se hizo un silencio que se podia cortar con una navaja de albacete, sin mencionar la cara de mi media naranja, más palida que la del cura de la película El Exorcista.

“Yo ayudé a parir a dos vacas en Rebollar de Ebro, así que esta va a ser la tercera (no vaca, sino vez) si es que valen lo mismo”, expliqué. Y ante la perplejidad general, tomé la venia sin permiso y pasé a compartir mi primera experiencia como partero con el detalle que contaré mañana.

lunes, 4 de febrero de 2008

Como en casa

El pub es una institución digna de estudio en el Reino Unido. Excluyendo reconvertidos modernos pub-bistro-bares, el pub tradicional sigue siendo básicamente la prolongación del salón de estar del hogar británico. El denominador común es una moqueta apolillada a doquier, suciedad en sus entrañas, baños antiquísimos, clientela talludita - mayormente masculina reunida en grupos de a uno -, y conversaciones formadas por prolongados silencios intercalados con insulsas observaciones.

El pub que tengo a la vuelta de mi casa es un pub tradicional donde los haya. Los dueños (landlords) son un matrimonio en los sesenta. No hay música (salvo en Navidad), tiene una televisión (con sólo los canales públicos) pero nunca está encencida y sirve cerveza ale, esa cerveza que se tira tibia y que los expertos dicen que es la verdadera cerveza y no esas mariconadas de heineken o foster. En fin, sobre gustos no hay nada escrito.

La afluencia de clientes es mínima, siempre son los mismos y todos parece bien avenidos. Son los vecinos (los locals). Mi vecino el gallego-cordobés y este menda ya somos parte de los locals. No como al principio, cuando entramos al pub y todo el mundo se giraba como en el oeste, cuando aparecían dos forasteros en el saloon y el pianista dejaba de tocar. El landlord parece tenernos aprecio, espero que por algo más que por el hecho de que nuestra simple presencia duplica el número de la clientela en el pub.

A veces nos preguntamos de qué puede vivir pero supongo que el pub ya está pagado y los gastos son mínimos. Tiene un piso en la provincia de Málaga, cerca de la playa, que alquila durante todo el año a ingleses. Es por esto por lo que el dueño siempre nos saluda orgulloso con un “hola” en castellano, lo único que ha aprendido tras veinticinco veranos en la península ibérica.

Hay un hábito nuestro que al landlord le llama mucho la atención por inusual. Cuando terminamos la consumiciones, agarramos los vasos de la mesa y, de camino a la puerta, se los llevamos al mostrador. Vamos, como si estuvieramos en nuestros respectivos hogares y recogieramos la mesa. El landlord suele cruzar una mirada de aprobación con sus contertulios, como diciendo “Ya os lo comenté, estos españoles son buena gente.”

A lo que alguno seguramente debe pensar: “Seguro que eso no lo hacen en su propia casa”.

viernes, 1 de febrero de 2008

Crónica de la Premiership – jornada 24

Mantener viva esta crónica empieza a ser un calvario. La Armada desapareció en combate y el objetivo de mis compañeros de trabajo ya no es sumar puntos sino superar a mi selección hispanoamericana en la clasificación y tomar justa venganza por mis pavoneos iniciales. Quien a espada mata, a espada muere.

Jornada 24 mediocre en la Premiership, celebrada a media semana, donde los muy malos ganaron, los muy malos perdieron y el Liverpool de Rafael 'Quejica' Benitez se hundió en el minuto 93 contra el West Ham (1-0). José Mourinho está desempolvando su curriculum vitae.

Se ganan el cielo

- Cesc Fábregas, rompió su sequía goleadora y juego apático en la victoria del Arsenal contra el todavía inoperante Newcastle de José Enrique y Kevin Keegan (3-0)

- Arteta, una vez más el elemento creativo del Everton que empató a nada contra el Tottenham de Juande Ramos por la ineficiencia de sus delanteros.

Camino del purgatorio

- Tévez, quien salió desde el banquillo y aportó más mordiente al ataque del Manchester United contra el Porsmouth, pero no marcó (2-0).

Miran al infierno

El resto de la Armada, que se hunde miserablemente. Cobardes.


- Posición de la Armada en la liga de la empresa (50 equipos): 34º (dos jornadas antes: 24º)
- Posición de la Armada en la liga del Daily Telegraph (300.000 equipos): 140.000.

jueves, 31 de enero de 2008

Pariendo en arameo

Lo veía venir. La culpa es mía. O eso viene a decir sin decirlo la última investigación periodística de la BBC, con ese tono aséptico y equidistante del que tanto presume. Se lo resumo.

Los servicios de maternidad de la sanidad británica están al límite de sus recursos. Uno de cada cuatro bebés que nacen en Inglaterra es de madre extranjera, proporción que asciende a seis de cada diez en Londres. Se gastan 200 millones de libras (300 en euros) más que hace diez años para cubrir la nueva “demanda”. O sea, es mi culpa. Y también es de los polacos, que han venido como hordas a este paraíso para parir. Hay que joderse…

Luego pasa lo que pasa: los diarios serios se hacen eco de la noticia, la prensa sensacionalista la da dos vueltas de tuerca y llega el día cuando el parto de la mujer de un imbécil nativo se complica, la comadrona no aparece porque está con una coreana y el cabeza cuadrada le da por agredir a todo aquel que no tenga bombin ni paraguas porque ha leido en el periódico y visto en la tele que la culpa de que su mujer no tenga la mejor de las atenciones es de los extranjeros.

La noticia también ha llamado la atención de una amable lectora de esta bitácora (qué cursi me está saliendo esto), quien envió un comentario ayer y que reproduzco parcialmente a continuación:

“[…] yo soy una emigrada que dio a luz hace tres años aquí en UK. Buena suerte. No se si viste la BBC ayer, pero parece que ahora nos echan la culpa a las non-Brithish mothers por la masificación de los servicios de maternidad en este pais. […]”

Una solución que se me ocurre sobre la marcha es que cada parturienta aparezca con su propio equipo médico. Igual que hacen los peluqueros y los cocineros en muchos sitios, donde acuden a trabajar con juegos de tijeras, cuchillas, cuchillos y demás abalorios de su propiedad. En el caso que me ocupa, por ejemplo, yo llevaría a la comadrona, los fórceps y un bocadillo.

Algún contacto ya tengo. En mi época adolescente anglosajona, coincidí con un par de sevillanas enfermeras que estaban sacando el título de comadrona (mid-wifes) en Reading. Una de ellas ya estaba haciendo planes para asistir los futuros partos de sus amistades, a lo que recuerdo responder desconfiado que llegado ese momento yo no las tendría todas conmigo porque “en lugar de ayudarme a dar a luz a la criatura, igual me sacaba una botella de JB en su lugar”, de tanto que le gustaba empinar el codo.

Puede que tenga que comerme aquellas palabras con la ayuda de los fórceps dentro de unas semanas. Por bocazas.


PD. "Al césar, lo que es del césar" y es de justicia recalcar que el tratamiento informativo de la noticia es exquisito. Se culpa a los politicos por la falta de planificación. Como deber ser. Más aquí.

miércoles, 30 de enero de 2008

El espíritu de Reading

Una de las positivas consecuencias (no hay negativas!) del exilo voluntario en la pérfida albión es el poso sólido de camaredería que queda entre los paisanos con los que uno ha llegado a compartir cuartel, mesa y mantel. Debe ser el “espíritu de Reading”, como lo bautizó un leridano.

Prueba de esto que digo es el reencuentro que organizamos cada año para recordar viejas historias de esta particular mili. En esta ocasión tocaba Barcelona, donde nos reunimos unas veinte almas de todas partes de España y parte del extranjero para disfturtar de las pujoladas de Toni, las dotes de convocatoria de Octavio, la catanalidad madrileña de Juanma, el aguijón verbal de mi tocayo canario y un largo etcétera que al anónimo lector le importará un bledo pero a los que siento es de recibo homenajear en esta crónica.

El fin de semana vivió muchos buenos momentos entre los que destaco una hora del domingo contemplando la ciudad condal desde el mirador Mira Blue del Tibidabo, diecisiete grados, cielo azul celeste, el mar al fondo mientras refrescabamos el gaznate con una cervecita. Hospitalidad catalana (con matices, sobre los que me extenderé en otro capítulo).

Le relataba esta postal hoy a un colega del trabajo y este me sorprendía diciendo: “Yo muchas veces me siento tentando de preguntarte qué leches hacéis en este país los españoles ”.

Manipulando el título de aquella película de Alfredo Landa de los setenta: “Vente pa’ España, Pepe”.

martes, 29 de enero de 2008

De lleno en el 'fregao'

Estoy a punto de entrar a casa con la compra semanal y se me desparraman media docena de bolsas a los pies del vecino, que está echando un cigarrillo en la puerta (no le dejan fumar en su casa).
- A dónde vas con tantas fregonas (o “mochos” al otro lado del Atlántico) - me pregunta con sorna. Te estás preparando para cuando rompa aguas?
Qué humor tan simpático gasta el condenado.
- Las fregonas son para mi mujer.
- Eso suena un poco machista, no crees?
- Al contrario – le digo. Lo hago por su bienestar.
Y a continuación le explico mi teoría, convenientemente contrastada con los más modernos avances médicos.

He leído que las mujeres de hoy en día tienen más dificultades en dar a luz que antiguamente. Una de las causas citadas es el hecho de que se vuelven muy pasivas cuando se encuentran en avanzado estado de gestación y apenas hacen ejercicio. Resulta que la posición que se adopta para fregar el suelo es muy parecida a la posición de dar a luz por lo que repetir tal actividad es beneficioso para el parto.

- Y mientras ella friega, tú qué haces?
- Yo la animo y la ayudo con las respiraciones... desde el sofá, claro está.

viernes, 25 de enero de 2008

Spin doctors

Adivinanza: qué es lo que tienen en común las declaraciones ofrecidas a los medios de comunicación en Inglaterra por (a) un piloto de British Airways que ha aterrizado su Boeing en el césped de Heathrow, (b) una madre que acaba de perder a su hijo tioreteado en Londres o (c) un acusado de renombre absuelto en un juicio en Manchester?

Respuestas: todos sacan un papelito del bolsillo y se ponen a leer lo que el empleador, policía o abogado de turno les han dicho que tienen que sentir, opinar y declarar. Y uno queda confundido cuando está viendo el telediario y la emoción que impregna la noticia queda amortajada por unos discursos tan huecos, rimbombantes y faltos de espontaneidad. Quizá sean las reacciones más prudentes pero resulta díficil de creer que sean las más sinceras dadas las circunstancias por las que han pasado.

No es cuestión de buscar carnaza pero más credibilidad ganaría el piloto, la madre o el absuelto si dijeran algo del estilo: (a) salvamos el pellejo de milagro, (b) ojalá el asesino se pudra en la cárcel o (c) este corte de mangas va dedicado a la prensa sensacionalista.

Si no saben de que les hablo, estoy seguro que la práctica llegará a sus pantallas en breve. Al tiempo.

miércoles, 23 de enero de 2008

Manual de supervivencia

Hay tres palabras en inglés que resultan imprescindibles en el vocabulario de cualquier gorrino que quiera pasear sus huesos por esta isla. A saber: please (por favor), thank-you (gracias) y sorry (perdón).

Con eso se arreglan. No importa que no sepan más. Reto a cualquier escéptico con nulo conocimiento del idioma a que aterrice por aquí y pruebe a desenvolverse con esos tres vocablos. De hecho, son las primeras palabras que se inculcan a fuego a los niños ingleses. Nada de tonterías como "caca, pis y culo".

Viene a cuento aquí la anécdota que relatan del primer ministro japonés cuando Bill Clinton, en aquellos días presidente de EE.UU. hizo una visita official al país nipón. El mandatario japonés no hablaba inglés pero se aprendió de memoria los típicos saludos de bienvenida. El Clinton bajaba por la escalerilla del avión y el japonés, traicioando por la preocupación de expresarse en otro idioma distinto al suyo, le espetó:

- Who are you? (quién eres?) - en lugar de “how do you do?” (cómo está?)
- I’m Hilary’s husband (soy el marido de Hilary) - contestó Bill Clinton, sorprendido y divertido.
- Me too (yo también) – respondió el japonés.

martes, 22 de enero de 2008

Crónica de la Premiership – jornada 23

Solamente los aviones volando a baja altura proporcionaron momentos de excitación en los estadios de juego en la aburrida jornada 23 de la Premiership.

El Manchester United visitó mi ciudad y dejó un par de goles a última hora y a la parroquia local con la miel en los labios (0-2). Y poco más que contar. Por no hablar de la Armada. Vaya panda...

Se ganan el cielo

- Wilson Palacios, hondureño en el Wigan jugó con desparpajo y desbordó a sus marcadores una y otra vez con mucha clase (Wigan 1 – Derby 1). Se ganó unos merecidos minutos de gloria en el resumen deportivo de la BBC. Bien hecho.

- Claudio Pizarro, quien iba camino de ser uno de los peores fichajes del Chelsea marcó su segundo gol en la liga y salvo los tres puntos contra el Birmingham.

- Manuel Almunia, futuro cancerbero de la selección inglea, una jornada más con la portería a cero.

- Juande Ramos, subiendo como la espuma y aplicando la ley del palo y la zanahoria (le dice a Jermain Defoe que se busque equipo y al día siguiente le da la banda de capitán). Igual es que aún le cuesta hacerse entender en ingles.

Camino del purgatorio

- José Enrique, conservó la titularidad en estos tiempos alocados que corren en Newscastle. Y su portería a cero contra el Bolton, que no es poco.

- Neri Castillo, mejicano, nuevo delantero del Manchester City, quien se dislocó el hombro en su primera media hora de juego en partido de Copa. Bienvenido a la Premierhsip inglesa.

- Roque Santa Cruz, quebrada su racha goleadora, inoperante en el decepcionante empate del Blackburn contra el Derby (1-1).

Miran al infierno

- Rafa Benitez, quien junto a Fernando Alonso y Alberto Ruiz Gallardón, van a montar el club de las barbies quejicas.


- Posición de la Armada en la liga de la empresa (50 equipos): 24º (la semana anterior: 24º)
- Posición de la Armada en la liga del Daily Telegraph (300.000 equipos): 124.000

domingo, 20 de enero de 2008

Gallegos nigerianos

Tenía pensado contar mis veinte minutos de gloria con el obstreta nigeriano que repasó mi embarazo hace unos días pero me he arrepentido sobre la marcha.

Reconozco que entré en la consulta desconfiado al oir su inglés ininteligible y con el escepticismo propio de aquel que no recuerda el nombre de la capital de Nigeria y por ende duda de si existe la universidad de medicina del mismo nombre o al tipo le dieron el título en una promoción de galletas.

Pero aquí paro el relato, acuciado por un raro ataque de humildad. Me he mirado al ombligo (en el sentido metafórico, puesto que aquellos en avanzado estado de gestación nos quedamos sin ombligo) y he recordado mi encuentro con un doctor gallego de buena reputación en un hospital irlandés hace algunos años.

Resulta que el galeno españiol había aterrizado en Dublín para realizar unas prácticas después de haber terminado la carrera de medicina. Doce años más tarde, allí seguía, casado y con dos hijas. Contaba que nunca dejaría de agradecer la ayuda que le prestaron las enfermeras irlandesas en sus comienzos trabajando en aquel hospital. Era incapaz de entender el inglés de muchos de sus pacientes y si no hubiera sido por la traducción a un inglés más urbano por parte de las enfermeras o bien se hubiera pegado un tiro o bien habría matado a otros con los tratamientos equivocados.

Imaginaba yo entonces a algún incrédulo irlandés esperando en su consulta y preguntándose dónde diablos está Galicia y si allí les dan el título de medicina al comprar un jamón ibérico. En fin, “por la ignoracia nos equivocamos, y por las equivocaciones aprendemos” (proverbio romano).

martes, 15 de enero de 2008

Crónica de la Premiership – jornada 22

No sé por dónde empezar esta crónica futbolística semanal después del parón copero. La Armada es el hazmerreir de la oficina gracias a las insulsas actuaciones de los turistas hispano-latinos. Donde las dan las toman y aquel que se pavoneó a diestro y siniestro con el título de Manager of the Month allá por Octubre, ahora se esconde debajo de su escritorio en cuanto alguien habla de fútbol.

Se ganan el cielo…

- Tévez, bi-goleador en el set que el Man United endosó al Newscastle (6-0). El argentino ahora celebra sus goles llevándose a la boca un chupete. Con chupete o sin él, sigue igual de feo.
- Torres, salvó de nuevo los muebles con un chicharro desde veinticinco metros en el deslucido empate del Liverpool en Middlesbourgh (1-1).
- Arteta, de nuevo instrumental en la victoria del Everton sobre el Manchester City (1-0)
- Belletti, completa actuación del brasileño, coronada con un soberbio pepinazo a la escuadra contra el Tottenham de Juande Ramos “el despiadado” (2-0).

Camino del purgatorio…

- Cesc, perdió la concentración en un corner y un balón suelto le golpeó para acabar en su portería (1-1). Los del Birmingham pensaron que aún era Navidad.
- De la Cruz, ecutaroriano en el Reading, titular después de muchos meses, y nada convincente en la derrota ante al (3-1)
- Pepe Reina, alias Julio Iglesias, por las veces que cantó ante el romo ataque del Middlesbourgh.

Miran al infierno…

- Rafael Benítez (en la prensa ya no es Rafa, sino Rafael) encabeza las apuestas para ser el próximo entrenador de la Premiership en acogerse a los subsidios de desempleo.
- José Enrique, quien recuperó la titularidad en la defensa del Newcastle y contribuyó por activa y por pasiva al coladero.
- El resto de la Armada, que apenas justificó el por qué intercambiaron la comida caseara por un fish & chips.

La clasificación de la Armada es una tragedia y esto no lo levanta ni santa teresa de jesús.

- Posición de la Armada en la liga de la empresa (50 equipos): 20º (la semana anterior: 16º)
- Posición de la Armada en la liga del Daily Telegraph (300.000 equipos): 86.000

Resúmen (3 minutos) del Manchester United 6 - Newcastle 0

lunes, 14 de enero de 2008

Ilegítimos

Como parte del seguimiento del embarazo del siglo hoy ha aparecido una matrona por casa. Nótese el artículo indefinido (una). Debe ser así porque esto es una cadena de producción y una vez le toca a un operario apretarte una tuerca y otra vez le toca a otro mirarte el aceite. Así que tuteos los mínimos.

En fin, decía que ha venido la matrona, quien por cierto olía mal. Igual es que vino corriendo. “Hoy tienen que elegir el menú del parto”, nos ha dicho muy profesional. Jo, qué detalle. Viva la madre que parió a la reina Isabel.

“Para mí lo que sea, pero con patatas fritas”, digo si ánimo de ser gracioso. La matrona alza los ojos del formulario, cruza la mirada con mi señora y hace un mohín con la boca, como sintiendo pena por lo que le espera a la criatura.

“Me temo que no es esa clase de menú. Se trata de las distintas opciones que ustedes tienen para un parto a su gusto”. Y a continuación pasa a recitar un largo listado con mil cosas para decidir: parto al agua o en casa; anestesia con gas, local, epidural, etcétera, etcétera. Incluso hasta si el padre va a querer cortar él mismo el cordón umbilical (si es que antes no se ha desmayado, claro está). Retiro lo de la cadena de producción anteriormente dicho. Viva el trato personalizado y el eau de chanel de la matrona. Esto debe ser mejor que viajar en business class con la British Airways. “Dónde estará la trampa?”, confieso que se preguntaba mi parte más española.

Las parturientas que han pasado por tal experiencia en ambos lados del Cantábrico parecen coincidir en su apreciación de que en el Reino Unido todo son opciones y respeto por los deseos de la individua mientras que en España te puedes dar con un canto en los dientes si no te toca una enfermera sargento reciclada de un plan de re-estructuración laboral de Iberia.

- Una preguntilla. Qué sabe Vd del riesgo de que nuestras grupos sanguíneos puedan ser incompatibles?
- Me temo que…
Uno no termina de acostumbrarse a eso de que las frases empiecen con el falaz “me temo…” (I’m afraid…)
- Me temo – repite – que no va a ser posible que le ayudemos. Nosotros no nos metemos en eso.
- En eso?
- No hacemos ninguna prueba al varón porque no queremos meternos en líos.
- En líos??
- Es que - dice entonces bajando la voz inclinándose hacia nosotros - hay una gran proporción de padres que resultan no ser los padres biológicos de la criatura.

Ya me parecía a mí que hay mucho bastardo suelto…

jueves, 10 de enero de 2008

Esperanza

Me hago eco de un evento que acaeció en Irlanda del Norte hace un par de meses y que impacta no únicamente por la tragedia humana que representa sino por la sensibilidad con la que me parece las autoridades manejaron el suceso.

Un incendio nocturno destruyó un hogar en Omagh. Murieron los siete miembros de una misma familia: el matrimonio y sus cinco hijos de nueve, dieciocho meses, cuatro, siete y trece años. Las sospechas sobre el origen del incendio recayeron sobre el cabeza de familia, también fallecido en el incendio, aunque se desconocían los motivos que pudieron haberle impulsado a tamaña barbarie.

Las autoridades no quisieron hurgar en algo que no iba a conducir a nada. Por el contrario, el portavoz policial resaltó que los servicios de emergencia registraron una llamada desde el malogrado domicilio a las 4.54am. Los bomberos encontraron el cádaver de la niña de 13 años con el teléfono en una mano y un rosario en la otra. El enfásis de todas y cada una de las intervenciones públicas que siguieron en los medios de comunicación se centró en mitigar el dolor que arrasaba a la comunidad de Omagh alabando a la niña por su bravería al mismo tiempo que se aferró a su fe.

No había cabida a salsas rosas, aquí hay tomate y otra (tele)basura.

miércoles, 9 de enero de 2008

Para inglés ver

Estoy hacienda limpieza. No del cuarto de baño, que ya es hora, sino de tarjetas de felicitación de Navidad. Me tocan los cojones, hablando mal y pronto. Bueno, mejor será que matice, no vaya a ser que la suegra me eche los perros encima después de haberse currado una felicitación de mucha categoría y postín para quien esto escribe.

Por lo que siento profunda antipatía (nótese la infame hipérbole) es por las tarjetas de Navidad despersonalizadas, o sea, por aquellas que recibes del estilo “queridos pepe y maría, feliz navidad”, un garabato como firma y ya está. “Vago de siete suelas – pienso siempre. Para eso ahórrate el sello y la rama del árbol que has contribuido a podar.” Por no hablar de la capa de ozono y del deshielo glaciar. Pobres osos. Al menos, en España, las amistades suelen incluir una participación de un décimo de la lotería del Gordo de Navidad con la tarjetita y esa ilusión que te hace.

Es digno de mención la popularidad de las tarjetas de marras en el reino británico. Ya lo mencioné en otra ocasión, te descuidas y aquí te endiñan una tarjeta hasta cuando se te muere el perro. Así que llegan las Navidades y cada vez que voy de visita a una casa me dan ganas de llevar un ventilador conmigo.

Tienen las tarjetas de Navidad cuidadosamente expuestas en hilera sobre las encimeras y estanterías del salón, o colgadas de modo ornamental en las más diversas formas. Qué enternecedor. Cuantas más tarjetas pones en exposición, más amigos demuestras tener, aunque la mayoría estén rellenas con el pobretón “queridos pepe y maría, feliz navidad” (o felices fiestas, no vaya a ser que seas ateo o infiel y la navidad te importe dos pimientos).

La decoración me recuerda a esas estanterías de salón que tienen lomos de libros de mentira pero que aparentan ser bibliotecas. Saben cómo las llaman popularmente en Brasil? “Para inglés ver”.

sábado, 5 de enero de 2008

Aquí hay tomate

Aprovecho el parón vacacional en los juzgados para rendir justa cuenta del progreso del juicio de la década que tiene a los británicos muy entretenidos.

El reto del juicio: buscar la verdad. La verdad del reto: saber (a) si Diana (la princesa del pueblo o “Di” para sus allegados) estaba embarazada, (b) su iba a casar con Al-Fayed Junior (el playboy de turno o “Dodi” para los amigos) y (c) si el accidente de coche que terminó con sus vidas fue provocado por los servicios de inteligencia británicos y estimulado por Prince Philip (Lieutenant Philip Mountbatten, de soltero), Duque de Edinburgo, descendiente directo de la momia Tutankhamon y también marido de la Reina reinísima. Ahí es na’.

Aún más fascinante es la pléyade de caracteres, personajillos, paisanos y otros animalitos que están pasando por el estrado para atestiguar lo que creyeron que vieron, oyeron y pensaron. Sus testimonios son la base de lo que sigue a continuación.

Pregunta: Por qué siguen jodiendo con esto diez años más tarde de sus trágicas muertes?
Respuesta: Pregúntenselo a Mr Mohammed Al-Fayed, egipcio ricachón, propietario de los grandes almacenes de lujo Harrods y del Fulham Club de Fútbol, padre de su difunto hijo y cabreadísimo con la monarquía porque le niegan el pasaporte británico y siempre tiene que hacer cola con los americanos en la zona de inmigración de los aeropuertos europeos.

P: Estaba Diana esperando un churumbel?
R: Ni de coña. Los testimonios son definitivos. La criada del yate del lujo de Dodi, que no es nada fisgona, vio suficientes píldoras anti-conceptivas como para drogar a un regimiento de monjas y la amiguísima íntima de Di jura que la princesa tuvo la regla once días antes de su muerte. Ya lo decía el anuncio publicitario," el algodón no engaña".

P: Planeaba Di casarse con Dodi?
R: Y el ratoncito Pérez existe? Dicen las malas lenguas que Di estaba enamorada de un cirujano musulmán pero que se tiraba al Dodi para joder a su ex (Carlitos, alias Príncipe de Gales, Dumbo para los amigos). La Di tenía más peligro que un nublado y mientras se dedicaba a quitar minas anti-personas de día, las ponía por la noche, como cuando recibía a su instructor de equitación con un abrigo de pieles como única piel de abrigo en los jardines de palacio años atrás. Si Kennedy levantara la cabeza…

P: Fue en realidad un trágico accidente de tráfico?
R: Totalmente falso. Fue un anuncio de la Dirección General de Tráfico que salió mal. Estas cosas pasan, el directo es el directo. Uno de los camareros del Ritz de París ha atestiguado que el conductor no iba borracho porque solo bebió dos copas. Un segundo camarero, el que le servió las dos siguientes, atestiguó que notó en sus ojos su estado ebrio. Menudo águila. Y la mujer que le echaba las cartas a Di jura que el conductor no tenía “ni puta idea de conducir”. Todo esto dicho con la mano en la biblia y los dedos sin cruzar.

P: Seguro que Di está muerta?
R: Caliente, caliente. A mí me ha parecido haberla visto tomando el té con Elvis Presley, pero no me hagan mucho caso, igual eran imaginaciones mías.

jueves, 3 de enero de 2008

Crónica de la Premiership – jornadas 20 y 21

Otras dos jornadas de liga en tres días de este apretado calendario navideño. Pan y circo.

Goles son amores y la jornada 20 vivió goleadas a doquier con poco protagonismo hispanoamericano. Así le va a mi Armada, aterida de frío. Lo más reseñable fue la goleada del Totenham de Juande al Reading (6-4) y el empate in extremis del Aston Villa en casa del Chelsea (4-4) con el defensa brasileño Alex como goleador.

Mikel Arteta vió la tarjeta roja directa por un presunto codazo a Cesc en la remontada a domicilio del Arsenal contra el Everton (1-4), a lo que sucedió una tangana multitudinaria. No fue una agresión, como los medios españoles informaron, por mucho que Cesc cayera fulminado al suelo aparentando fractura facial múltiple. Menos mal que dicen ser amigos fuera del campo… A los medios locales no les gustó la tragicomedia. A mí tampoco.

La jornada 21 fue insulsa, con victorias pírricas de los tres grandes, mientras que el Liverpool de Benítez empató por segundo partido consecutivo y se escucharon voces de desaprobación en la grada.

Torres (Liverpool 1 – Wigan 1), y Elano (Newcastle 0 – Man City 2) mojaron como también Tévez, quien marcó en la victoria local por la mínima del Manchester United contra el Birmingham (1-0) y se resarció de la derrota sufrida tres días atrás contra el West Ham (2-1) con el peruano Norberto Solano como principal corista.

Aparece en el radar el ecuatoriano Luis Alberto Valencia (Wigan) que destaca por su movilidad en la banda derecha, entre tanta mediocridad de su equipo. Quizá corra tanto por el frío que hace en esa parte de Inglaterra. Esperemos que cuaje mejor que su compatriotra De la Cruz (Reading).

Mención especial para Roberto Martínez, entrenador español del Swansea, líder de la tercera división inglesa, cuyo buen hacer se vio reflejado en un artículo del Daily Telegraph.

Aunque el Arsenal se ha proclamado campeón de invierno, las casas de apuestas dan al Manchester United campeón de liga. Ya veremos, dijo un ciego.

- Posición de la Armada en la liga de la empresa (50 equipos): 16º (dos jornadas antes: 9º)
- Posición de la Armada en la liga del Daily Telegraph (300.000 equipos): 43,000.

miércoles, 2 de enero de 2008

Hablando a solas

Esto del embarazo va viento en popa, solía proclamar a los cuatro vientos. Hasta ayer.

- Le hablas al bebé? - me preguntaron.
- Vaya tontería. Cómo voy a hablarle a un bebé que aún no ha visto la luz del día? - respondí con condescencia a mi interlocutor.
- Eso está mal. El feto escucha, reconoce sonidos, y al nacer identificará la voz de quien le ha estado hablando al otro lado de la barriguita.

"Joder, ya puedo ir dándome prisa y contarle mi vida durante lo que queda de gestación - pensé para mis adentros. Como me descuide, la criatura va a pensar que su padre es el jefe bocazas que tiene mi media naranja y no es cuestión de confundir al retoño."