viernes, 31 de agosto de 2007

No es lo que parece

Desde este verano ya no se puede fumar en los pubs ingleses. En ninguno, sin trampa y sin cartón, no como en España, donde complicamos la ley con restricciones de superficies mínimas y máximas para contentar a todos y al final todo se queda en agua de borrajas.

Aquí fueron muy cucos e introdujeron la ley en temporada estival para suavizar el impacto y minimizar las quejas. Les salió mal la jugada porque llevamos un veranito pasado por agua.

Tengo un amiguete francés, fumador y bebedor empedernido, que está muy contento con la nueva prohibición. Dice que no para de hacer amigos. Me explico.

El gabacho vive en un barrio alejando de su más íntimo círculo de amigos y no le gustaba ir a los pubs a beber solo. Lo que hace ahora es merodear por la entrada del pub local mientras se echa un pitillo. Otros tantos también están fumando fuera y piensan que el francés, como ellos, ha dejado a sus amigos dentro del pub para darse una dosis de nicotina al aire libre. Entonces empieza la conversación entre fumadores, luego vienen las cervezas, esto lleva a la apología de la amistad y, a veces, cierra la noche con el flechazo de cupido.

Como se lo cuento. “Dios les cría y ellos se juntan”.

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