lunes, 25 de septiembre de 2006

Al divan

Este domingo me concedieron la titularidad en el terreno de juego… por falta de jugadores, todo hay que decirlo. Inseguro de donde colocarme, el entrenador me pregunto por las cualidades de mi pierna izquierda, a lo que yo respondi que era del mismo tamaño que su gemela y que su unicio merito hasta entonces era acompañar a esta donde quiera que vaya. Transcurrido una hora de juego me encuentraron una posicion mas idonea en el campo: juez de linea (aqui solo el arbitro parece pseudo-profesional; cada equipo pone un asistente). El partido termino 1-0 a nuestro favor, gol en propia meta, yo con un banderin en la mano y cara de gilipollas.

Del terreno de juego a Londres en un periquete porque la suegra habia concertado almuerzar con un tal Freddy (o Freddie?), quien debia ser muy importante porque me sugirieron que vistiera para la ocasion. Asi que con ropa de ir a misa los domingos, muda limpia y recien afeitado, acudi con la manada argentina a su encuentro, mas relamidos que terneras en una feria de ganado. Freddy se presento como medico psiquiatra - un poco decepcionante porque en estos tiempos que corren, es mejor tener un conocido mecanico o fontanero. Eso sí, debe ser buen psiquiatra porque, visto el percal, tuvo el buen juicio de
tomar las de Villadiego nada mas acabar el dim sum. Cuatro horas mas tarde yo estaba llamandole para pedir consulta.

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