martes, 28 de noviembre de 2006

Valencia pre-fallera

Fin de semana en Valencia, la capital de la tierra de las naranjas y hoy sede de las originales formas de Calatrava y anfitriona de la Americas Cup 07, la competición deportiva mas antigua del mundo. Los millones de euros chorrean por doquier y Valencia, como España entera, está en obras, desde el aeropuerto hasta las instalaciones portuarias. El día que nos falle el sector de la construcción va a aumentar la tasa de suicidios. Al tiempo.

Disfrutamos sobremanera de los agasajos de Rodol y Laure (y los gatos) y del fin de semana ibérico: alubias con chorizo (buenísimas!), botellita de vino tinto, paseo en mangas de camisa (finales de Noviembre!), siesta de tres horas, un café cortado como dios manda, niños jugando en los parques, la Pantoja en la tele, el hijoputa de Otegi en los periodicos… Vamos, lo de todos los días en Reading.

Una de las cosas que más llaman la atención en Valencia es el sistema de aparcamiento urbano implantado por consenso popular. Por todas partes hay una gran proporción de coches aparcados en doble fila bloqueando el paso a los que estan legitimamente aparcados. No hay problema. Todos tienen el freno de mano bajado (Valencia es plana) de tal forma que si quieres salir te arremangas la camisa y empujas el coche (o coches) que obstaculiza al tuyo y creas un espacio de salida, como si de un juego de tetris se tratara. Lo juro que lo he visto yo con estos ojitos que me ha dado dios.

Como no podía ser de otra forma, la anécdota del fin de semana sucedió en el aeropuerto. Diez de la noche, todo el mundo esta sentado en el avión de Ryanair de vuelta a Londres pero no despegamos. Hay un problema, dice un chaval con chaleco reflectante (al igual que con las corbatas, si vistes un chaleco reflectante significa que eres alguien). Hay 174 pasajeros en el avión pero sólo 172 tickets se han registrado en la puerta de embarque.

Se me ocurría entonces que aquello era una oportunidad perfecta para identificar la idiosincrasia de un país. Por ejemplo, en los USA ya habría entrado un comando de asalto para detener a los dos terroristas; en Israel, los dos pasajeros yacerían muertos en sus asientos y en Sierra Leona probablemente despegaríamos no dos sino cien más en el avión.

“Aquí sobran dos” concluye la sobrecargo española, con mimbres de lider. Rauda coge el microfono y con ese acento del Wall Street Institute financiado por sus padres invita a bajar de la areonave a los dos pasajeros que esa noche no tienen otra cosa mejor que hacer que dejar la costa mediterránea e ir a London Stansted. La conclusión no es muy aristotélica pero la solución es civilizada – pensaba yo para mis adentros – digna del talante típico de estos tiempos zapateriles que corren por la iberia. Vuelve de nuevo el del chaleco reflectante y dice que no, que no sobra nadie, que el problema es que hay dos pases que no han sido registrados en la puerta de embarque.

Eso ya no está en el manual y se entra en el terreno de la improvisación, otro sector que no contribuye al producto nacional bruto pero en el que los españoles somos líderes mundiales. A la torda ya no hay quien le quite el micrófono de las manos y le sale del alma un: “Two of you are not here, but are here”. Se hace un silencio de medio segundo y el pasaje entero, principalmente extranjero, rompe en una carcajada general. El avión temblaba. “Mr ticket number 176 and Mr number 177 come here immediately, please”. Al menos puso el please en la frase. Para entonces la gente hacía la ola y yo esperaba a Fofito salir de la cabina y preguntar eso de “cómo estan ustedes????”

Eso es lo que llaman marketing turístico. Los millones que se habran invertido en pasar del naranjito a las regatas millonarias, de la huerta a la arquitectura de vanguardia, del turismo playero a los esponsores suizos para que luego aviones enteros de turistas regresen a casa y cuando les pregunten por Valencia lo primero que respondan sea eso de: “Te vas a partir de risa cuando te cuente lo que pasó en el avión…”. Hasta habrá algún listillo que también lo cuente en su blog personal.

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