jueves, 24 de mayo de 2007

Casi la liamos

Muchos futboleros sabrán que acaba de jugarse la final de la Champions League de fútbol entre el Liverpool y el AC Milán. Con esta disculpa nos juntamos unos cuantos amigos españoles para charlar un rato y seguir el partido en el pub Red Lion. El Red Lion es un pub descuidado del que ya hablé en otro blog, que cuenta con la conveniencia de estar dividido en dos espacios, ambos con televisiones. Uno se suele rellenar de exaltados indígenas y el otro es donde nos dejan acampar a nuestras anchas. Ese era el plan.

Lo que no esperábamos era compartir la zona tranquila con cuatro animados italianos apoyando al Milán. Nosotros simpatizábamos con el Liverpool por eso de tener entrenador y jugadores españoles pero la algarabía y la cercanía con los transalpinos hacía que pasáramos como unos de los suyos para cualquier observador ajeno.

El partido transcurría con emoción y el ambiente se estaba empezando a caldear. Los italianos aplaudían las acciones de su equipo mientras que algún desdentado anglosajón nos insultaba desde la distancia. Se mascaba la tragedia y allí podíamos pagar justos por pecadores porque, llegado el caso, para cuando consiguiéramos explicar que españoles e italianos no venimos del mismo padre (gracias a Dios) y que estábamos juntos de casualidad pero no revueltos, ya nos habrían llovido hostias desde todos los lados.

Así que se acercaba el final del partido, el equipo italiano estaba a punto de ganar y los locales nos miraban con muy mala cara. Y estos no se andan con tonterías del tipo “que igual te pego, que tengas cuidado, que vaya bocazas que eres”; aquí te sacuden bien y luego preguntan. Los españolitos entonces llegamos a la conclusión de que sólo habría un camino a seguir en caso de peligro: ante el menor avance agresivo en nuestra dirección, nos levantaríamos y empezaríamos a atizar a los italianos para que no cupiese duda alguna de con quien deberían ensañarse los ingleses. Instinto de supervivencia, lo llaman.

Menos mal que no llegó la sangre al río porque, de otra forma, hubiera resultado difícil explicar todo el tema en la comisaría.

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