domingo, 13 de mayo de 2007

Cura de humildad

Hay un coqueto campo de golf cerca de donde nos alojamos y me acerco con intencion de demostrar lo que he aprendido en mi madastra patria. Llego a la caseta del club y pido el equipo completo.
- No tengo nada, vengo de fuera - digo como queriendo darme importancia. "Solo traigo el guante". Estoy a punto de decir algo asi como: "Alla, en Inglaterra, donde inventamos esto del golf, uno va por la calle con los palos con la misma familiaridad que vosotros llevais una guitarra española", pero me ahorro la leccion en el ultimo momento. A mi siempre me da la sensacion de que cuando venimos del extranjero de visita a nuestra madre patria, algunos sabiondos vamos un poco "sobraos", como que estamos por encima de nuestros mortales paisanos.

Pago la extorsion del alquiler de palos y el asistente del club me dice:
- Las bolas son a un euro cada una pero no te las cobro. Me las devuelves al final.


Diez minutos mas tarde, camino desde el hoyo 2 de vuelta a la caseta del club y musito timidamente:
- Me cobra las tres bolas que me ha prestado antes y esta vez me da seis, que al paso que voy van a emigrar prematuramente todos los patos del estanque.

Por un momento me parecio que el asistente pensaba: "Mejor que te dediques a la guitarra, chaval".

No hay comentarios: