lunes, 22 de enero de 2007

El espiritu de Reading

Este fin de semana rememoramos viejos tiempos. Algunos de nuestros amigos expátridas que vivieron en Reading pero que nos dejaron por un clima más benigno nos hicieron la tradicional visita anual. Raúl (Valencia), Miguel Angel (Barcelona), David (Las Palmas) y Javi (Las Palmas) aterrizaron cada uno en un aeropuerto diferente (nótese que los alrededores de Londres tiene cinco aeropuertos, todos propiedad de empresas españolas) y los recibimos como dios manda porque, en el exilio, los amigos son la familia y los lazos se estrechan con más fuerza.

Entre tantos recuerdos y apologías de la amistad, conseguimos alterar la rutina del fin de semana con dos eventos. El viernes atendimos una “
comedy night” en Bracknell, una ciudad cercana a Reading, tambien llamada el “Beirut del sur de Inglaterra”, con lo que podrán imaginarse el atractivo arquitectónico del lugar.

La comedia en sí era una sucesión de humoristas semi-profesionales que pasaban revista a la actualidad nacional con corrosivo humor. Sus intervenciones son mitad preparación y mitad improvisación. Como sólo pudimos conseguir asientos en la primera fila fuimos carne de cañón para todos los comediantes, que no tardaban ni cinco minutos en arremeter contra nosotros. Afortunadamente no sufrimos mucho abuso verbal, más bien porque era obvio para ellos que no nos enterábamos de la misa la media.

El sábado fuimos al “greyhound racing”, esto es, a las carreras de galgos. La realeza va a los caballos y nosotros a los perros. El lugar albergaba lo mejor de cada casa del estrato bajo inglés bajo el olor de fritanga grasienta y cerveza barata y el barullo de las apuestas. Estuve a punto de ganar algo en la última carrera pero el perro de mi galgo dejó de perseguir a la liebre mecánica en el último tramo. Un día en la Royal Opera House, otro apostando a los perros en un recinto cutre. Paradojas de la vida.

Entre una cosa y otra, pasamos revista al Oracle, el kebab, las rebajas del Primark, la comida en el Back of Beyond, etc, condensando los años vividos en un par de días de invierno. Parafraseando a Toni el leridano, “el espíritu de Reading está vivo”.

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