miércoles, 17 de enero de 2007

Reflejos

El nuevo jefe supremo de esta empresa ha decidido mantener a nuestro departamento con vida a través de un tubito y llevo varios días ocupado en la oficina haciendo nada. Cosas de las grandes empresas. Al principio fue algo estresante y el tiempo pasaba lentamente, pero ya le estoy tomando la medida a ocupar el ocio obligatorio y hasta me faltan horas para hacer cosas (entre ellas, buscar trabajo). Lo curioso es que no soy el único que apenas contribuye al índice de productividad de este lugar y es interesante ver cuáles son las estrategias que utilizan los demás para hacer que hacen algo.

En España siempre se ha hablado del largo desayuno y / o el apertivo en el bar de la esquina. Aquí la práctica que más me llama la atención es cogerse la hora del almuerzo para hacer cosas personales - compras, ir al banco, etc.- y luego volver al escritorio para seguir ‘trabajando’ mientras se come el almuerzo. Poco se puede hacer con la boca llena y las manos ocupadas. Algunos tambien desayunan el yoghourt y los cereales delante del ordenador por media hora e incluso llegué a conocer a un tipo de Manresa de laxa moralidad que se aguantaba las ganas de ir al baño hasta que llegaba a la oficina, y así trabajaba menos tiempo real (o podía cobrar horas extras). En fin, que luego cada palo aguante su vela.

Pese a todo, estoy temporalmente ocupando otro escritorio. Ya he perdido la cuenta de cuántos van. Así que he dejado la inspiradora presencia de moby maerks y cía y ahora tengo delante a Dave, joven inglés contable. El hombre dice que está muy ocupado, hasta arriba de trabajo. Lo que no sabe es que la pantalla de su ordenador se refleja en el ventanal detrás suyo y todos podemos apreciar que no para de utilizar su cuenta de hotmail. Pichón.

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