viernes, 19 de enero de 2007

Sembrando

Mi búsqueda de trabajo está cobrando fuerza y ayer jueves tomé del día libre para visitar cuatro agencias de personal especializadas en mi área. Me puse una camisa nueva, los zapatos limpios – la mona, aunque se vista de seda, mona es y mona se queda – y ala, a recorrer los meandros del Támesis bajo un tiempo miserable y a sufrir enlatado como sardinas en escabeche el transporte público londinense.

Resulta un poco deprimente eso de contar la vida de uno a cuatro desconocidos a quienes les importas un bledo y que están en el negocio por la comisión puramente, como los vendedores de coches y los intermediarios mobiliarios. Pero esto es lo que hay, así funciona el tema. Además tienes que soportar las típicas preguntitas de marras. “Dime tres cualidades que te definen”, suele ser una de las más comunes. Vete a freir espárragos, te dan ganas de responder. Suma puntos haber sido Papa Noel por Navidad?

Tampoco es que le cuentes tu vida tal y como es. Con la práctica, uno ha aprendido a no complicar las cosas y, al final del día, uno jura haber nacido cerca de Barcelona, sentir pasión por el cricket y la comida local y desear pasar la jubilación en la campiña inglesa. Y todos tan contentos.

En fin, las semillas ya están sembradas. Ahora queda regar y recoger el fruto.

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