domingo, 20 de enero de 2008

Gallegos nigerianos

Tenía pensado contar mis veinte minutos de gloria con el obstreta nigeriano que repasó mi embarazo hace unos días pero me he arrepentido sobre la marcha.

Reconozco que entré en la consulta desconfiado al oir su inglés ininteligible y con el escepticismo propio de aquel que no recuerda el nombre de la capital de Nigeria y por ende duda de si existe la universidad de medicina del mismo nombre o al tipo le dieron el título en una promoción de galletas.

Pero aquí paro el relato, acuciado por un raro ataque de humildad. Me he mirado al ombligo (en el sentido metafórico, puesto que aquellos en avanzado estado de gestación nos quedamos sin ombligo) y he recordado mi encuentro con un doctor gallego de buena reputación en un hospital irlandés hace algunos años.

Resulta que el galeno españiol había aterrizado en Dublín para realizar unas prácticas después de haber terminado la carrera de medicina. Doce años más tarde, allí seguía, casado y con dos hijas. Contaba que nunca dejaría de agradecer la ayuda que le prestaron las enfermeras irlandesas en sus comienzos trabajando en aquel hospital. Era incapaz de entender el inglés de muchos de sus pacientes y si no hubiera sido por la traducción a un inglés más urbano por parte de las enfermeras o bien se hubiera pegado un tiro o bien habría matado a otros con los tratamientos equivocados.

Imaginaba yo entonces a algún incrédulo irlandés esperando en su consulta y preguntándose dónde diablos está Galicia y si allí les dan el título de medicina al comprar un jamón ibérico. En fin, “por la ignoracia nos equivocamos, y por las equivocaciones aprendemos” (proverbio romano).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jo, pues yo me he quedado con las ganas de saber qué pasó con el médico nigeriano...

Por cierto, cuantas semanas "to go"?

Suerte!

Yo, Kent

Javier dijo...

Ocho semanas y bajando! Esto se esta haciendo mas largo que un dia sin pan.