jueves, 1 de febrero de 2007

Lo que necesitas es amor

Ando ocupado últimamente, trabajando. Me han pedido ayuda en un par de proyectos. Mi cara debía ser un poema cuando accedí a hacer un hueco en mi apretada agenda, entre escribir el blog, buscar trabajo y hacer un par de cosillas personales más. Y ahora son todo “thank-yous”, “qué tipo tan cojonudo eres” y “apreciamos tu valiosa ayuda”, que son respondidos por mi parte con un “por la reina Isabel, faltaría más”, “todos estamos en el mismo barco” y “daría una mano y parte del brazo”. Todo muy inglés. Me parece que voy a pedir un aumento de sueldo.

Hoy he tenido la appraisal (evaluación) anual, donde el jefe – jefa en este caso – revisa el grado de cumplimiento de tus objetivos, se interesa por tus intereses (profesionales) y te pregunta qué puede hacer por ti si algo te inquieta. Tengo jefa y amiga por el precio de uno. Porque aquí hay que tratar al empleado con amor, cuidar de su desarrollo profesional y tener en cuenta su situación personal. Al menos eso es lo que dice el formulario que uno y otro rellenamos para el archivo oficial de la empresa. La primera vez te lo crees todo y luego uno descubre quiénes son los Reyes Magos, el ratoncito Pérez y quien de verdad se acostaba con Heidi.

No hay comentarios: