miércoles, 28 de febrero de 2007

Por verbigracia (tercera parte)

Ayer decía que el inglés es más vivo cuando jovenzuelo que los jasp mileuristas españoles porque se emancipa antes. La consecuencia negativa, observo, es que esa emancipación temprana convierte a muchos en huérfanos (correspondencia que, curiosamente, no parece darse en los países escandinavos).

Huérfanos de qué? Huérfanos de lazos familiares, de círculos sociales más profundos, de una disciplina afectiva y, en definitiva, de unos valores que, en España, el apego - obligado o no - a la familia nos inculca. En el Reino Unido las tasas de divorcio rondan el 40%, el número de adolescentes embarazadas es de escándalo, al igual que los chavales obesos y los retoños infelices, como el estudio de Unicef mostraba. A propósito de esto último un tertuliano relataba en la tele que el taxista paquistaní que le llevó al plató le había contado que, a diferencia de lo que pasa aquí, él había tenido muchos tíos cuando era pequeño. Por tíos quería decir no sólo la familia carnal sino también vecinos, amigos de sus padres, etc., con los que se relacionaba y de los que aprendía.

Yo supongo que la familia española fue también un pilar fundamental en unos tiempos no muy lejanos cuando la inflación estaba al 13.6% (1982, el Mundial del Naranjito) y cuando la tasa de desempleo llegaba a 24 de cada 100 personas en capacidad de trabajar (1994, tras la resaca de los festejos de la Expo y las Olimpiadas). Por aquel entonces una misión económica japonesa viajaba por España y se preguntaba incrédula como no se producía una revolución social. Seguíamos llenando los restaurantes y yéndonos de copas, que donde comen tres, comen cuatro, y que lo bien repartido, bien sabe. Los sacrificios y subsidios de la familia mantenían a muchos con la cabeza por encima del agua y, mal que bien, disfrutando de la vida.

Con esto me quito la chistera de sabiondo e, irónicamente, quien ha pasado la mitad de su vida alejado de las lentejas caseras termina la loa a la familia española con este soliloquio de tres partes. Menos mal que tengo este espacio; si no, me encontraban hablando con las paredes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

MUY BUEN CAMBIO DE BLOG. HE TENIDO CIERTOS PROBLEMAS CON EL P... WIFI, ASI QUE TENGO QUE PONERME AL DIA DE TU VIDA.
JORGE