viernes, 30 de marzo de 2007

Construcciones en conserva

Se ha declarado de manera más o menos oficial que ya no tenemos sequía en el sur de la verde Inglaterra. Sí, tal y como suena. Hasta hace poco gozábamos de uno de los periodos más largos de bajas precipitaciones de los ultimos ciento y pico años. Viva el cambio climático. Tanto es así que se prohibió emplear la manguera para regar jardines públicos y privados o para lavar los coches. Lo curioso es que la inmensa mayoría de los hogares británicos no disponen de lectores de agua, así que uno paga a la companía proveedora una cantidad fija, independientemente de cuanto utilice o de si haya restricciones de uso.

Un dato curioso que ayuda a explicar la “sequía” local es que cada tres litros de agua potable que se suministra a Londres, un litro se pierde por arte de magia. Esto es así porque las tuberías subterráneas londinenses son centenarias y presentan más grietas que la cara de Sara Montiel. Y aunque no se lea en ninguna parte, es fácil de imaginar que tampoco se sabe muy bien dónde están muchas de ellas y por lo tanto no se pueden reparar. Bienvenidos al primer mundo.

Tanto la mayoría de esas tuberías como el metro de Londres, las líneas de ferrocarril y otras importantes infraestructuras para el correcto funcionamiento del país datan de la época victoriana (1837-1901). Desde entonces no se han modernizado mucho, más bien se han maquillado: una capita de pintura por aquí, un parche por allá, un par de nudos sujetando aquello… Luego funcionan las cosas como funcionan. Lo mismo pasa con las casas.

En Inglaterra apenas hay bloques de pisos, sino casitas de dos plantas en hileras. Terrace houses, las llaman. La mía, por ejemplo, es una casa típica en una calle residencial de una ciudad normal, y fue construida en 1895. O sea, en el siglo XIX. Da miedo pensarlo. No es de extrañar entonces que los turistas americanos se queden con la boca abierta cada vez que ven una placa conmemorativa en una fachada. Suele fechar una construcción más antigua que su propia nación.

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