Al próximo gracioso que diga que los niños vienen de París, se las va a ver conmigo. De donde vienen de verdad los niños es de Oxford. Que me lo digan a mi, que ya conozco el lugar como si me hubieran parido allí. Y entre viaje y viaje, la faena tiene más visos de parecerse a la película Cocktail con Tom Cruise que a Nueve Semanas y Media, con Mickey Rourke y la Kim Bassinger.
Pero lo importante en todo esto es la marca del frigorífico. Westinghouse, parece que gastan (o Eisenhower, como lo pronunciaba la abuela de un vecino mío).
Próximo capítulo: la anunciación
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